viernes, 12 de agosto de 2011

COSTUMBRES EN LOS FUNERALES.



Hace poco acudí a un funeral y me llamó la atención una costumbre del lugar. Al finalizar la ceremonia religiosa, los familiares se pusieron en el altar, separados los hombres por un lado y las mujeres por el otro y con esta misma separación las personas asistentes pasaban en dos filas, por delante de los  familiares (los hombres delante de los hombres y las mujeres delante de las mujeres) y hacían lo que se llama en ese sitio "dar la cabezá", que consiste en bajar levemente la cabeza delante de los familiares para trasmitirles el pésame y así evitar saludar personalmente a todas las personas.

¿Conocían esta tradición?, ¿Cual puede ser su origen?, ¿Qué tradiciones existen en otros sitios al respecto?. Aunque yo soy una firme defensora de las tradiciones, creo que lo lógico, sería que los familiares se colocaran según el grado de familiaridad independientemente del sexo. De este modo, los asistentes podrían transmitir su respeto a todos los familiares.

Un saludo y gracias de antemano. Teresa.


Hola Teresa. La norma de separar a hombres y mujeres en un funeral no es más que la constatación de una sociedad sexuada para todo y desde tiempos inmemoriales. La vida cotidiana se traslada como es lógico a cada uno de los ritos de la sociedad en la que se practican. Unas veces más influenciados por la cultura, otras por la religión, otras por la política y en todos los casos, por la tradición.

La muerte además ha sido vista por los pueblos de formas muy distintas, y con esa diversidad se ha afrontado y celebrado.

Hoy día es cada vez más escaso, pero todavía se practica sobretodo en el mundo rural y con mayor ahínco en zonas de España con mayor arraigo conservador. No sólo se separan hombres y mujeres para dar el pésame, sino también para asistir a los oficios religiosos.

Es habitual también que la familia, situándose en el centro los más allegados al difunto, y alternativamente a sus lados en parentesco descendente, formen una línea de pésame a la salida de la Iglesia. Sale primero el féretro y mientras se introduce el mismo en el coche fúnebre, los asistentes al funeral van pasando por la línea de pésame manifestando el mismo a los familiares del difunto. 

Esto es cada vez menos habitual, y se tiende a eliminar este momento que se convierte en una procesión que sólo sirve para acentuar el dolor del momento.

Yo no le daría mayor importancia que la curiosidad, en el buen sentido, de cómo evolucionan las costumbres sociales y cómo se van adaptando a los tiempos, a veces con mucha reticencia.

Efectivamente, lo que dice sobre que todos, hombres y mujeres, puedan darse el pésame por igual, nos parece totalmente lógico con nuestro punto de vista.

Los ritos en el interior de la Iglesia son también diversos según la religión que se practica y la cultura sobre la muerte; en los países anglosajones es preceptivo que se hable sobre la persona del muerto estando éste de cuerpo presente, y lo mismo podríamos decir de cómo se viven los velatorios.

Pero fíjese, por ejemplo, los vikingos se embarcaban para arrojar las cenizas de sus muertos al mar, y aprovechaban la travesía para discutir los asuntos de la herencia, cosa que tal vez ahora nos pareciera a la vez que bastante práctico, también bastante cínico.

En cualquier caso, las formas de expresar el dolor son tantas como personas, y hay un principio sabio que dice que donde fueres haz lo que vieres, y en el mejor de los casos, respetes lo que encuentres si no deseas participar.





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