miércoles, 19 de enero de 2011

La "semana del amor".

Hoy es 14 de febrero, día de los enamorados. Esta mañana me preguntaban sobre el origen de esta celebración y sobre cómo se ha desarrollado a lo largo de los años la costumbre de demostrar el amor.

En principio, se dedica un día conmemorativo a las cosas que consideramos marginadas, con el fin de promocionarlas o concienciar sobre ellas. ¿Está el amor marginado hoy día?. Ese parece otro debate…
Lienzo de Mónica Sabiatello

Cupido es, en la mitología romana, el dios del amor, que equivale al Eros de la mitología griega, y a Kāmadeva en la mitología hindú, y que su nombre latino significa «el deseo». Cupido es hijo de Venus y de Marte, Diosa del Amor y Dios de la Guerra, respectivamente. Se le adjudica la creación de amores y pasiones entre los mortales y suele ser representado por un niño alado (parecido a un ángel). Al ser hijo de los dioses de la guerra y del amor, Cupido resulta ser el dios de los enamorados, creando de esta manera un balance entre el amor y la tragedia. Esto lo podemos leer todos en cualquier enciclopedia. 

Pero... ¿Balance entre el amor y la tragedia? ¿Tiene algo que ver con lo de que entre el amor y el odio casi no hay espacio? ¿Se amaron muchísimo un día Venus y Marte, tuvieron este hijo y luego lo usan eternamente para paliar los desencuentros, peleas y disgustos?

Por su parte, San Valentín tiene una dudosa historia. En realidad, no se sabe si existió o no. Los antecedentes más verídicos parece que se fundamentan en que la festividad de San Valentín la vino celebrando la Iglesia Católica Romana cada 14 de febrero hasta 1969 (qué casualidad!). La fiesta de San Valentín fue declarada por primera vez alrededor del año 498 por el Papa Gelasio I. Según la Enciclopedia Católica, el santo cuya festividad cayó en la fecha conocida hoy como Día de San Valentín fue posiblemente uno de los tres mártires que fueron ejecutados en el año 270 d.c durante el reinado del Emperador Claudio II, y de esos tres parece justamente el que fuera un médico romano que se hizo sacerdote y que casaba a los soldados, a pesar de que ello estaba prohibido por el emperador, que lo consideraba incompatible con la carrera de las armas.

Pero la realidad es que la fiesta de San Valentín es mucho más antigua que el propio cristianismo: se enlaza con las fiestas lupercales del Imperio Romano, rituales paganos en homenaje a Fauno Luperco (de "lupus", lobo, Pan para los griegos) que protegía a los pastores y los rebaños, y que se celebraban el 15 de febrero de cada año, cinco semanas antes del comienzo de la primavera. Y como esto no podía soportarlo la Iglesia, hacia finales del siglo V d.c., el Papa Gelasio I acogió las leyendas sobre San Valentín e instituyó su conmemoración el 14 de febrero, con el fin de apropiar para la Iglesia la tradición de las lupercales, que se extinguió, y boicotear así la celebración pagana.Sin embargo, a pesar de ser una celebración católica, resulta que la tradición de celebrarlo es anglosajona, y nos la hemos importado como tantas otras cosas.

En España, el Día de San Valentín se empezó a celebrar alrededor de la fecha en que, mira por dónde, Galerías Preciados, y fruto de la perspicacia de Pepín Fernández, su creador, comenzó a impulsarlo casualmente un año antes de que la Iglesia dejara de celebrarlo.

El motivo, pues huelga: Gasto, consumo y ganancias comerciales.Y parece que en los últimos años a eso reducimos el amor: gasto, consumo y ganancia. Es como la Navidad más o menos. Personalmente, pienso que si hay que celebrar cosas así (incluso los cumpleaños no son conmemoraciones agradables para todos), pues mejor en la intimidad.

Ir por la calle con la rosa roja en la mano el día de los enamorados, no a todos gusta y a otros enloquece, básicamente por la misma razón: se hace evidente el regalo y el motivo. 

Tal vez determinadas celebraciones que forman parte del ámbito más privado de las personas deban quedarse en esa intimidad compartida entre dos. Siempre es buen momento para celebrar el amor, y realmente, es en la intimidad donde podemos darle rienda suelta con intensidad y naturalidad a la ternura.

Hace tiempo leí que "El derecho a la Ternura debería de instaurarse por decreto. Sería estupendo que la ternura se administrara "por ley" al igual que cualquier otra atención médica. Nada me parece mas enfermizo que la carencia total o parcial de ternura. La piel que no es acariciada por otra piel, se mustia. Igual le ocurre a los ojos, que si no son contemplados muy de cerca y con amor, pierden su brillo. Unos labios que no son besados despacito y suavemente, suelen caerse hacia abajo dibujando una sonrisa triste. Y es que el cuerpo que no recibe de cuando en cuando un abrazo, envejece y enferma. Si... definitivamente la Ternura es una necesidad física y psicológica , y su carencia provoca grandes problemas en aquellos que la padecen.”

Lo mejor de la ternura es que es unisex y absolutamente universal, casi casi como el amor. La ternura sirve y puede estar en toda nuestra vida. Es algo que damos al amar, no importa a quién.Y no todo el que ama es tierno, pero quien practica la ternura, es porque ama.

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