viernes, 28 de octubre de 2011

LUCES Y SOMBRAS.

Estupendo acto, con audiovisuales incluidos, en los que se han proyectado videos relacionados con el evento, con la persona o empresa homenajeados, con un buen montaje de sala, un desarrollo y ejecución correctos y eficaces, y por lo tanto, lucidos.

Pero... se escapa el espacio destinado a la entrega del premio en cuestión. En ese momento, se duda entre si avisar del error, si pedir la repetición de la entrega, con lo que eso conlleva de sorpresa, desorientación, tiempo... o no hacer nada y maldecir cómo es posible que a estas alturas nos suceda esto.

Por otra parte, las personas protagonistas sufren con resignación el hecho, tal vez concentradas en el momento en cuestión y posan, como si aquí no pasara nada, intentando parecer ajenos y lo que es más complicado, haciendo esfuerzos por no guiñar los ojos.

Los premios quedan más lucidos si se entregan delante de la mesa, y la fotografía cumple con su cometido que es el de reflejar la alegría o satisfacción del momento.

Qué rabia dan estas cosas. Un simple off en el proyector, y todo solucionado.

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