miércoles, 6 de noviembre de 2013

LA FORMACIÓN FINANCIERA DE LOS NIÑOS.

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Ya he dicho otras veces cuánto me interesa la formación social de los niños y jóvenes, y mi opinión de cómo la sociedad ha ido paulatinamente abandonando este aspecto fundamental de la persona, centrándose más en los conocimientos intelectuales.

Hace tiempo que tengo en la carpeta de “ver y leer” el texto de “La educación encierra un tesoro”, informe de la Comisión Internacional sobre la Educación para el Siglo XXI, que presidida por Jacques Delors se presentó a la UNESCO en los años 90.

Lo he estado releyendo, y es impresionante ver cómo está de plena actualidad. En estos tiempos que sufrimos, de gran crisis económica mundial, (más o menos manipulada, impulsada o conducida), y con la serie de debates y reflexiones sobre qué nos ha llevado a esta situación, es absolutamente incuestionable que uno de los grandes errores del ser humano es menospreciar la educación en cualquiera de sus vertientes, y en este caso especialmente, la educación financiera en los niños.

La educación encierra un tesoro, de muy recomendable lectura, en su segunda parte describe los pilares de la educación, que concreta en cuatro:
  • Aprender a conocer
  • Aprender a hacer
  • Aprender a convivir
  • Aprender a ser

lo que demuestra que claramente la educación intelectual comienza en la educación personal. Este informe, que desarrolla todos los aspectos posibles que inciden en la formación de la persona, analiza y propone una educación transversal, a lo largo de toda la vida y de cómo han de adaptarse métodos y contenidos a las diferentes etapas del crecimiento.

Esto ha traído a mi memoria, la famosa frase de Ortega y Gasset "el hombre y sus circunstancias", y por asociación de ideas, a mi amigo Juan Casamayor, s.j., que siempre añadía "y lo que el hombre hace con esas circunstancias".

De modo que, una vez que conocemos, hacemos, convivimos, y somos, ¿qué hacemos con lo que poseemos, con lo que materialmente tenemos? Las circunstancias son diversas para cada uno, pero todos debemos hacer algo con ellas, y de nuestra formación dependerá el sentido y la inclinación que les demos.

Así que no puedo estar más de acuerdo con la propuesta sobre el 5º pilar en que debería basarse la educación, que hace María Inés Sarmiento Díaz en su libro "Cómo facilitar el despertar financiero en los niños y niñas: APRENDER A TENER".

En esta sociedad del primer y segundo mundo, consumista y basada en el dinero, es fundamental dedicar un importante espacio de atención a cómo enseñamos a nuestros niños a relacionarse con el dinero. Poco tengo que añadir, más que copiar íntegramente la presentación del libro de María Inés, Psicóloga, en el que hace interesantísimas propuestas destinadas a padres y educadores en este importante aspecto de la vida moderna y que comparto al cien por cien:

Aprender a tener, entendido como el aprendizaje que facilita que las decisiones y los comportamientos asumidos por una persona en relación con los recursos que posee, generen bienestar e incrementen no sólo su calidad de vida, sino la calidad de vida de las personas que la rodean. Aprender a tener dinero, implica tomar decisiones y elegir comportamientos económicos que generen bienestar personal y social.

Los seres humanos recibimos una serie de recursos desde que nacemos hasta que morimos: recursos personales (físicos, mentales, emocionales, espirituales, etc.), recursos naturales, (sociales, institucionales, materiales), etc. y dentro de los recursos materiales está el dinero.

Llama la atención que muchas personas que tienen recursos, por desconocimiento, por descuido o deliberadamente, no los aprovechan, no los valoran e incluso sus acciones provocan su deterioro, destrucción y extinción. Por ejemplo podemos preguntarnos por el número de especies ya extintas o en vía de extinción, por causa de las acciones del hombre que no Sabe Tener. Si las personas no Aprendemos a Tener, difícilmente podremos dejar a las generaciones futuras un mundo mejor que el que recibimos.

El dinero, como recurso, es un instrumento que permite al ser humano satisfacer sus necesidades, al ser cambiado en el presente o en el futuro, por algo que requiere o desea, sea un bien (alimentos, juguetes, herramientas, máquinas, vivienda, etc.) o un servicio (educación, salud, transporte, etc.). Como dicen Cloé y Claudio Madanes “…con dinero podemos comprar tiempo para disfrutar de la belleza, el arte, la compañía de amigos, aventuras... Podemos ayudar a los que amamos y garantizar a nuestros hijos mejores oportunidades... Es un instrumento de justicia con el que podemos reparar el daño que causamos a los demás… También, por dinero, las personas pueden tener problemas: Preocupaciones financieras, sufrimiento, peleas con los seres queridos… El dinero penetra todos los aspectos de la vida humana y hoy es la energía que mueve al mundo”.

Se le ha dado al dinero tal importancia, que muchas personas sacrifican principios y valores para obtenerlo (roban, matan), o lo acumulan sin un propósito de intercambio (tener por tener), o lo utilizan como un medio para expresar poder (el poder de corromper). Problemas de nuestro país como corrupción, pobreza, narcotráfico, violencia, entre otros, se relacionan con individuos que, al no Aprender a Tener, colocan el dinero en un pedestal, lo buscan como un fin más que como un medio y le dan tal valor que terminan siendo controlados por el dinero en lugar de controlarlo ellos.

Aunque el dinero ocupa un lugar importante en el mundo actual, sorprende que a nivel educativo no se dediquen ni el tiempo ni el espacio, para enseñar a los niños y niñas a Aprender a Tener. En la medida en que las entidades educativas y las familias, asuman la formación financiera de manera intencional e integral, orientando a los(as) pequeños(as) para que desarrollen actitudes, valores, conocimientos, y comportamientos financieros prósperos, en esa medida, comenzaremos a sembrar el cambio que permita el día de mañana, contar con adultos financieramente independientes, los cuales administren los recursos propios y ajenos con sabiduría y responsabilidad y quienes le den más importancia a la prosperidad que a la riqueza.

¿Qué aspectos debemos incluir al brindar una educación financiera a los niños y niñas?

Ya se han mencionado algunos aspectos que son importantes de abordar en una educación financiera, entre ellos, las actitudes, los valores y los comportamientos económicos. Además de los anteriores es básico trabajar procesos cognitivos, y un conjunto de conocimientos económicos que les permitan a los niños y niñas comprender conceptos financieros claves.

Las actitudes se aprenden, se forman y pueden modificarse. Se abordan con vivencias afectivas más que mediante métodos racionales basados en el conocimiento. Es importante fomentar actitudes positivas hacia la riqueza y lo financiero y trabajar sobre las actitudes que evitan la prosperidad económica de las personas.

Aprender a Tener implica además de adquirir conocimientos financieros, vivir valores que permitan manejar las finanzas con sabiduría.

Brindar una educación financiera a las personas, desde que nacen, es un proceso gradual que puede generar altos dividendos en el crecimiento económico, en el desarrollo humano y en el bienestar de una familia, de una sociedad y de las naciones. Está en manos de las familias y de las instituciones educativas iniciar este proceso.

(María Inés Sarmiento Díaz es Psicóloga y autora del libro: "Cómo facilitar el despertar financiero en los niños y niñas", Bogotá: Editorial El Manual Moderno, 2005).


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2 comentarios:

  1. ME PARESE EXCELENTE ENSEÑAR A NUESTROS HIJOS A SER PROSPEROS Y RICOS PARA Q SEAN PARTE DE LA SOLUCION Y NO DEL PROBLEMA

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  2. Lorsye26/8/14

    Esto es una prueba. Se puede borrar. Perdón.

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