viernes, 3 de junio de 2011

EL PROBLEMA DE TENER DINERO.


No hay nada menos elegante, menos estiloso, menos discreto, más hortera, más arriesgado, más fantasmoso… que enseñar una cartera llena de dinero, y más, si son billetes grandes.

Esto es algo deliberado. Nadie lleva billetes grandes para manejarse en la vida diaria. No se puede funcionar. Incluso hay establecimientos donde se exhiben letreros avisando de que no se admitirán billetes de 100 €.

Los hechos son: 12.30 de la mañana, cafetería en el centro de la ciudad, señor de cuarentaytantos, traje y corbata (combinación de colores que podría mejorarse mucho), sentado en un taburete en la barra, acompañado de dos hombres más, en pie, y de otra mujer sentada en otro taburete. Cafés, alguna cerveza y un plato con restos de algo. Llega el momento de irse, el rumboso que saca su cartera mientras con voz innecesariamente alta va pregonando “pago yo, pago yo, guarda eso”. La abre, y aparecen bastantes billetes de 100 €, y alguno de 200 €. Los acompañantes ven su cartera y contenido, se les escapa una ráfaga de sorpresa e incredulidad en sus cejas y rápidamente desvían la mirada, al tiempo que el susodicho exclama “vaya, oye guapa –dirigiéndose a la camarera- ¿tienes cambio de 100?”.

La camarera le mira con expresión entre resignada y paciente. “Sí, tengo cambio, pero no admitimos billetes de 100 €, señor, lo siento”. “¡Vaya, ni con dinero se puede ir por ahí!”, dice el fantasma.

Otro de los hombres, presurosa y ruborosamente vuelve a sacar su cartera y extrae un billete de 20 € que le entrega a la camarera. “Bueno, la próxima vez será” sonríe el fantoche.

La conclusión podría ser que el tipo en cuestión es un fanfarrón hortera y nuevo rico con psicopatía exhibicionista. Pero en mi opinión, ese diagnóstico es demasiado elaborado y de altura para poder aplicárselo.

Así que me decanto porque en la realidad, esos billetes son todos falsos y de pega, y es un espabilado que a base de ostentar una riqueza inexistente no se gasta un céntimo nunca. Porque con toda esa cartera de billetes grandes no me puedo creer de ninguna manera que ni siquiera fuera de piel.

2 comentarios:

  1. Ni yo lo hubiera relatado mejor,algún día te dejaré mis notas sobre el futuro libro de : "anécdotas en un bar".

    ResponderEliminar
  2. ¿Y si en lugar de dejarme las notas, nos ponemos a publicarlas en vuestro blog y las vamos comentando?

    ResponderEliminar

¿Quieres dejar tu comentario? Pincha aquí.