lunes, 20 de junio de 2011

PROTOCOLO Y ETIQUETA 1 - MÁRKETING Y VENTAS 1.




Caracoles en el Bar Estiu, Alicante.
Existe una fuerte tendencia en muchas grandes empresas en Europa de incluir entre sus procesos de reclutamiento y selección de personal e, incluso, de promoción y ascensos, una invitación a cenar con el CEO (presidente ejecutivo), director o gerente.

Empero, no se trata de una atención al candidato, ni de un estímulo al personal, sino de una valoración sobre el saber social del profesional.

En la actualidad, los empresarios deben relacionarse en distintos contextos, fuera de la oficina, y en diversas horas, con gerentes de otras compañías, directores de departamentos, autoridades gubernamentales a nivel nacional e internacional, y el saber comportarse adecuadamente es un valor agregado imprescindible en el mundo globalizado de hoy.

Es así como en el transcurso de una cena o un almuerzo es posible valorar si el profesional puede desempeñar un buen papel en la mesa, si conoce cómo servirse de la cubertería, la vajilla y la cristalería; si sabe el momento de iniciar y terminar de comer, y si tiene fluidez para relacionarse con la persona anfitriona y las otras personas invitadas. Si se es anfitrión debe tenerse en cuenta la organización del espacio, la precedencia (quién se sienta dónde) y la distribución de los elementos adicionales para que no interfieran con el contacto visual y el diálogo.

La imagen de la empresa depende de la impresión que causen sus ejecutivos y, en general, todos sus empleados, no solamente en la oficina o salas de reuniones, sino también cuando la representan en contextos sociales. Se trata de una competencia que se llama el saber social y se conoce en términos generales como etiqueta.

En el caso que nos ocupa, se trata de etiqueta de empresa y las oficinas de recursos humanos ya están incorporando cursos y talleres sobre este tema para capacitar a la persona con este saber social específico.

Empero, la etiqueta es solamente parte de un saber más amplio: el protocolo de empresa. Es ampliamente reconocida la importancia de que todas las personas que trabajan en la compañía tengan claro cuál es la imagen que se proyecta a clientes, a los proveedores y, en general, con el gran público.

Varios protocolos.

La imagen incluye, pero trasciende, la paleta de colores, la línea gráfica, la papelería, las tarjetas de presentación y los símbolos. Se refiere también a normas de vestimenta, la forma de relacionarse al representar a la empresa, la importancia de la puntualidad, así como la manera de recibir y atender al público.

Para las firmas multinacionales, es importante que sus ejecutivos y, en general, todo el personal conozcan el protocolo de empresa internacional. Mucho de este protocolo podría estar ya definido por la casa matriz.

Sin embargo, siendo que las relaciones de una empresa trascienden los contactos puramente intra e inter institucionales, es necesario que el personal conozca también el protocolo de estado (por si la relación es con gobiernos) y el protocolo intercultural (para saber ser en culturas muy diversas a la nuestra). Por ejemplo, ¿cómo se saluda en una cultura muy distinta de la nuestra?, o ¿qué procede si se debe realizar un intercambio de regalos?

Con el fin de cuidar el protocolo, las oficinas de recursos humanos están optando no solamente por ofrecer cursos de protocolo (que incluye el de empresa, el de estado y el intercultural) a sus ejecutivos y empleados, sino también por escribir y distribuir entre sus empleados sus propios manuales de protocolo institucional.

Es importante tener presente que el protocolo y la etiqueta no solamente son necesarias para dar una imagen consistente de la compañía y facilitar sus relaciones institucionales y el buen funcionamiento sino que también son una herramienta de comunicación.

Artículo de Daniella Capra Badilla Especialista en Protocolo, Ceremonial y Relaciones Institucionales, Universidad de Granada.

domingo, 19 de junio de 2011

LA ROPA Y LA PIEL. ¿QUÉ COLOR ME SIENTA MEJOR?

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Isabel Preysler y George Clooney
Entras en un restaurante, vas a una boda, una fiesta... y te impresiona un hombre que viste un traje impecable, negro, con una maravillosa camisa lila. La corbata parece hecha expresamente para él, osada y llamativa, y te preguntas cómo es posible que ese conjunto pueda ser tan acertado que cuando lo ves, tu mirada se centra en él de forma global, y no sabrías qué destaca más, si su cara, sus ojos, su corbata... y te das cuenta de que cada elemento tiene su propia importancia sin anular a ningún otro, sino todo lo contrario, potenciándolo e invistiéndolo de eso tan aparentemente complicado que llamamos charme. Extrapola lo expuesto a esa impresionante mujer que lleva un vestido que no puede ser más sencillo y sin embargo toda ella parece que deja estela.

Pues bien, aquí podemos entender la importancia de conjugar el color. Color de piel, color de pelo, color de ropa... Como norma general, nunca ha de destacar más la ropa que nuestra piel.

Pieles morenas u oscuras.

A la piel oscura la suelen acompañar ojos y pelo negros o marrones. Debes usar colores que contrasten con tu piel, con el fin de romper la uniformidad y monotonía.

Los colores que mejor te irán son el rosa, blanco, caqui, azul pálido, gris.

Los que no debes usar salvo en toques mínimos son el negro (si usas este debes adornarlo con algo de vivo color), marrón oscuro, turquesa, verde, magenta.

Evita los colores tropicales y las gamas muy oscuras. Si tuvieras que usar colores oscuros por la obligatoriedad del trabajo, por ejemplo, intenta combinarlos hasta donde sea posible con colores de los que te van (rosas, blanco, azules claros...). Las mujeres podemos hacerlo a través de los accesorios (pañuelos, joyas y/o bisutería, zapatos) y los hombres a través de las corbatas, camisas, zapatos...
  
Pep Guardiola
Pieles de tonalidad intermedia.

Las personas de piel media pueden ser rubias o tener un pelo negro intenso. Sus ojos pueden ir desde el azul hasta el negro. Esto no es una complicación, sino todo lo contrario.Significa que tienes muchas más posibilidades de combinar colores.

Te irán bien tanto los claros como los oscuros. Pero si quieres simplificar, al vestirte piensa siempre en el color de tus ojos. Algo que combine o sea del mismo color que ellos, hará, de forma imperceptible, un buen conjunto.  

Los colores que mejor te sentarán son el beige, azul marino, rosa en todos sus tonos, berengena, negro, cobalto. Y los que debes usar lo imprescindible son el verde, el malva, el rojo intenso, marrón oscuro. 

Y los prohibidos son aquellos que se acerquen demasiado a tu tono de piel. Por ejemplo, si tienes la tez cetrina, olvida el verde oliva o los marrones.

Pieles claras.

Estas pieles se acompañan de pelo rojo, rubio o castaño. Los ojos incluyen el verde, azul, gris y avellana. Lo tuyo son los colores pasteles, de la gama de los azules, marrón, beige, blanco grisáceo.

Los colores que menos te favorecen son el rojo, rosa, anaranjado, amarillo, o morado.  
   

jueves, 16 de junio de 2011

COSAS QUE NO DEBES HACER EN LA OFICINA.

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Oficina moderna, minimalista, trabajadores jóvenes, sin despachos, con espacios diáfanos... he aquí una breve relación de cosas que suceden a diario en algunas oficinas y que no deben hacerse si queremos tener a salvo nuestra imagen:

- Comerse el bocadillo o tener el tuperware sobre la mesa.
- LLegar con el pelo mojado.
- Traerse puesto el palillo desde el bar.
- Enjuagarse la boca sonoramente y luego tragarse el agua.
- LLevar pantalón corto.
- LLevar chanclas playeras.
- Poner nuestra propia música en el pc y extender las ondas sonoras por todo el despacho, y menos aún si cantamos al compás.
- Desperezarse.
- Bostezar sonoramente.
- No atender el teléfono de los compañeros cuando éstos no están.
- Sonarte la nariz y dejar los kleenex sobre la mesa para reutilizarlos.
- Morder el lápiz y dejarlo en el lapicero de otro (y aunque no lo dejes, tampoco).
- Poner los pies encima de la mesa o en otra silla  (y si es sin zapatos, menos).
- Quitarse los zapatos (todo lo demás, menos).


¿Increíble? Pues sucede...


martes, 14 de junio de 2011

EL BASTÓN DE MANDO DE LOS ALCALDES.



Hola Charo, he visto el video de la toma de posesión de alcaldesa de Sonia y me gustaría saber qué significa el bastón de mando que se entrega a los alcaldes cuando toman posesión, ya que aunque parece lógico que significa o que representa la autoridad que tienen, seguro que la tradición viene de algún sitio y por algo. ¡Gracias!. (Laura, de Alicante)

Hola Laura. Para todos los que nos leen aclaro que Sonia es Sonia Castedo Ramos, la Excma. Alcaldesa de Alicante.

Efectivamente, todos los símbolos tienen un origen y una razón de ser. Te copio íntegramente el artículo que sobre esto publicó mi compañera María del Pino Fuentes de Armas, que contesta brillantemente tu pregunta:

"EL BASTÓN de mando que simbólicamente reciben los alcaldes al ser elegidos tiene su origen, según los arqueólogos, en la Prehistoria, pues han aparecido ejemplares de la época hechos de hueso, asta de reno o venado, tallados, con decoración esgrafiada con figuras de animales, y se presupone que expresaban el poder social del jefe de la tribu. En la antigua Grecia tuvo un uso militar, se entregaba al jefe superior del Ejército un bastón de forma cilíndrica, réplica exacta de otro que quedaba en poder del éforo -cada uno de los cinco magistrados que anualmente elegía el pueblo en Esparta-, y cuando entre ellos se querían comunicar algún tema delicado enrollaban una cinta a modo de serpentina a lo largo del mismo, escribiendo el texto en el sentido de las generatrices, de forma que al recibirla su destinatario y liarla de nuevo en el suyo, de exacta longitud y diámetro, permitía leer lo que era ininteligible para cualquier interceptor.

En Grecia, el bastón no era emblema de autoridad; pero más tarde, por proceso inverso, se convirtió en distintivo de mando, llamándose vara, báculo, bastón o cetro, y representando poder, dominio, potestad, jurisdicción o jerarquía. Lo portaban desde el más humilde puesto de "cabo de varas" -el presidiario de confianza que vigilaba de los demás reclusos- hasta reyes o emperadores, pasando por generales, prelados, ministros, alcaldes...

En España, por Real Orden de 14 de noviembre de 1853, se otorgó a jueces, magistrados y fiscales del Tribunal Supremo y de las Audiencias, estableciéndose más tarde para los ministros de la Corona, jefes superiores de Administración Civil, gobernadores civiles y delegados de Hacienda, alcaldes y jueces municipales, etc., diferenciándose su categoría por la empuñadura de oro o plata, y por el color del cordón o trencilla y de las borlas o bellotas, que iban desde el dorado o plateado a las sedas de color azul, negro, verde, blanco... Al de los alguaciles siempre se le denominó vara y su representación le correspondía como ejecutores de la potestad de los corregidores y magistrados, su utilidad "para apartar al vulgo y hacer plaza y lugar".

En el Ejército español su uso se reglamentó en el reinado de Felipe V, hacia 1706, cambiando la denominación de "bengala" por la de bastón de mando, señalando también la diferencia jerárquica según su empuñadura: de oro para el coronel, de plata el teniente coronel, casquete de plata blanca que guarnecía un dedo del bastón por arriba el sargento mayor y el capitán, etc. Las Reales Ordenanzas de Carlos III, de 22 de octubre de 1768, limitaron su uso a los coroneles en propiedad, tenientes coroneles en ejercicio y al sargento mayor, determinando que los cabos "tendrán una vara sin labrar del grueso de un dedo regular y que pueda doblarse a fin de que su uso (con el soldado) de esta insignia que distingue al cabo no tenga malas resultas". Más tarde se concretó qué cargos y mandos debían utilizarlo, disponiendo la Real Orden de 16 de diciembre de 1908 que en la Guardia Civil lo llevarían los coroneles subinspectores de Tercio y primeros jefes de Comandancia.

Las últimas normativas dictadas sobre el particular que sustituyen al Reglamento de uniformidad de 27 de enero de 1943, redactadas a partir de 1983, no concretan el uso de este símbolo que fortalece la voluntad -art. 17 de las Reales Ordenanzas de los Ejércitos-, por lo que se sigue atribuyendo a los oficiales generales, jefes de cuerpo y jefes de Estado Mayor de las grandes unidades, el uso de este distintivo de autoridad. El del capitán general presenta artísticos dorados, plateados y pedrería esmaltada, así como los cuarteles del escudo nacional y los colores de la bandera; los demás son de caña de India o madera rica y puño de oro, llevando cordón y dos bellotas también de oro el de los generales y cordón y dos bellotas de seda negra los restantes. Aunque ese reglamento dispone su uso obligatorio para las uniformidades de gala y de diario, incluso cuando se llevaba sable, y en ningún caso se contempla su uso en formación, leí hace poco en una revista militar, que "es un engorro feroz que complica la vida al que lo lleva, lo que ha hecho que, poco a poco y a la chita callando, se vaya dejando por los rincones, poniendo exquisito cuidado en olvidarlo en todas las oportunidades", circunstancia que se da también en el ámbito civil, aunque siempre está el don nadie de turno que busca la mínima excusa para llevarlo.

Historias curiosas sobre el bastón de mando hay muchas, sobre todo cuando los jefes de protocolo son nuevos en el oficio. Desde la del alcalde que se hizo colocar en su interior un estilete para su defensa, a ese otro corto de talla, pero no de astucia y sutileza, que al ser relevado del cargo entregó la vara a falta de la empuñadura de oro, por lo que al preguntar su sustituto, dijo que lo había cortado porque era excesivamente largo para su estatura. 

Todos los alcaldes deben saber que el bastón de mando no es un adorno, sino una insignia. Es el emblema de su autoridad. El acto de toma de posesión de un alcalde se perfecciona cuando éste recibe el atributo que tradicionalmente lo identifica. Si recuerdan la puesta en escena del teatro clásico español, por ejemplo "El alcalde de Zalamea", de Calderón de la Barca, o en las comedias de Lope de Vega, el personaje que da nombre a la obra se caracteriza porque porta permanentemente la vara y no la declina ni ante el propio rey.

Cuando al final del drama, el rey absuelve al alcalde de Zalamea de toda culpa, porque "erró en lo menos, pero acertó en lo más", por haber ahorcado a un capitán de sus Tercios, a quien no ampara el fuero militar, por haber deshonrado a la hija de Pedro Crespo -el alcalde-, éste no le entrega la vara. Tampoco lo hizo el teniente general Pérez Viñeta ante el rey, a quien acompaña a pasar revista, pero sin soltar su vara de mando en plaza.

Uno de los errores más frecuentes que se cometen en el protocolo local es la entrega por parte del alcalde de su bastón a cualquier personaje relevante. Es un acto de sumisión errado e impropio. Como ejemplo, están las imágenes de una Letizia Ortiz desconcertada, a la que un alcalde entregó el bastón de mando municipal, sin saber qué hacer con él ni dónde colocarlo. Aunque pueda parecer simpático el gesto de este primer edil, lo cierto es que en una sociedad democrática estos actos de sumisión y pleitesía con sabor añejo no se justifican.



Si su responsable de protocolo no tiene las cosas claras, hay que dejar el bastón de mando en el ayuntamiento y recordar que la vara es una insignia de la dignidad democrática que se ostenta por elección de los ciudadanos. Que un alcalde haga entrega del bastón de mando -cosa frecuentísima y generalizada- es tan absurdo como si un militar se quitase sus divisas ante el Rey y se las diera a éste. Claro que no solamente se mete la pata en el ámbito civil, pues célebre es la anécdota de una autoridad militar gallega, con bastón, que hizo entrega de éste al ministro de Defensa de turno.

Cortés, sí. Respetuoso y educado, también, pero determinados gestos de sumisión y vasallaje son impropios de una sociedad democrática. Y que se sepa el presidente de la Comunidad Autónoma no tiene como distintivo un bastón de mando, así me evito tener que explicarlo a los homólogos municipales cuando va a los actos solemnes que estos organizan."

Respecto al Ayuntamiento de Alicante en concreto, el Reglamento Orgánico del Pleno, en su Capítulo III, artículo 11.5, del Título II, dice que "Seguidamente, el Alcalde proclamado electo, prestará juramento o promesa en relación con el nuevo cargo, y el Presidente de la Mesa de Edad le dará posesión del mismo, y le entregará la Medalla de la Alcaldía y el Bastón de mando, con lo que quedará investido de la autoridad, tratamiento de Excelentísimo, derechos y deberes del cargo, tras de lo cual pasará a ocupar la Presidencia del acto y dirigirá la sesión hasta el final, en la forma que estime procedente".

Saludos, Laura.

lunes, 13 de junio de 2011

SEGUNDAS BODAS.

Hola, tengo 54 años y soy viuda desde hace 17. Estoy con un hombre desde hace 4 años, y hemos decidido casarnos por la iglesia, él también es viudo, menos tiempo que yo. Cuando me casé por primera vez no pude hacer celebración, y ahora me gustaría mandar invitaciones y hacer un banquete, pero me da vergüenza a mi edad hacer todo eso y no sé si es apropiado. ¿Qué le parece? ¿Cómo podría hacerlo para que fuera sencillo y elegante? Gracias. (Asunta, Valladolid).

Hola Asunta. Le exijo que borre inmediatamente de su cabeza el término vergüenza. ¿Por qué ha de darle vergüenza, que de nuevo la vida le de la oportunidad de ser feliz? No olvide que, en una boda, del tipo que sea, lo que se comparte es básicamente la felicidad que produce el compromiso. Puede que algunas tradiciones se nos hagan algo extrañas en estas circunstancias, como por ejemplo que lleve usted una cola larga con velo, pero si le apetece ¿por qué no?. Si prefiere algo más sencillo, con un bonito vestido en color claro si no lo quiere blanco y un tocado acorde, con su correspondiente ramo de flores de novia, seguro que estará guapísima al lado de su novio con un traje oscuro, que no estará menos atractivo.

En cuanto a la ceremonia en sí, el novio entrará con su madrina y esperará en el altar a que llegue usted con su padrino.Una comitiva extensa, con testigos y damas tal vez le parezca inadecuada, pero puede permitirse un niño llevando los anillos y/o arras.

Si tienen hijos mayores, será muy emotivo que intervengan en la ceremonia con la lectura de alguna de las partes de la liturgia o con un discurso de bienvenida o despedida.

Respecto a las invitaciones, lo más correcto es que inviten ustedes directamente, es decir: "Fulano de Tal y Asunta de Cual, tenemos la alegría de participarles nuestro próximo enlace, que celebraremos el día....". Aquí no procede que sean los padres quienes inviten.

Respecto a la lista de bodas, no dice usted si están conviviendo en este momento. Si es así, es de mal gusto poner una lista como si fueran a equipar una casa, y siendo ambos adultos y en sus circunstancias, es razonable pensar que ya tienen equipada suficientemente cada uno, la suya. Ni aún en el caso en que no vayan a vivir en ninguna de las dos, y hayan decidido irse a una nueva, es elegante poner una lista de bodas. Es mejor que deje a criterio de los invitados lo que deseen regalarle, y, como mucho, pueden abrir un símil de lista en una agencia de viajes, para que cada uno participe del viaje de novios según sus deseos y posibilidades.

Y sobre todo, diviértanse y vivan el momento. Les mando los mejores deseos para su nueva vida.

viernes, 10 de junio de 2011

¿HORTERADA O GLAMOUR?



Hola, he visto unas fotografías de Jennifer López subiendo a un barco con unos zapatos de tacón de aguja impresionantes, y como tenía entendido que en los barcos hay que descalzarse, me pongo a investigar y he dado con su artículo donde da consejos a alguien que pregunta sobre ir en un barco y le dice usted que hay que ir con ropa cómoda y descalzarse para subir, y me pregunto por qué JLO se presenta así, ¿no debería saberlo ella, tan glamurosa? (Suni).

Hola Suni. Tal vez debo revisar ese artículo y ampliarlo un poco. La respuesta está ceñida a la pregunta y a las características concretar del tipo de barco a que se refería la persona.

Digamos que el tipo de zapatos está, hablando desde la generalidad más absoluta, directamente relacionado con los metros de eslora. Cuanta más eslora, es posible llevar más tacones.

La explicación es muy sencilla. Un barco pequeño, sea velero o motor, está destinado principalmente para navegar, pescar, regatear… su tripulación suele reducirse al armador y a alguna visita, pues no cabe mucha gente, y por lo tanto el dueño del barco o los que van a bordo tienen que hacerlo todo. Y todo es maniobrar, regatear, pescar, trimar… y por otra parte las cubiertas son pequeñas y en menos espacio, hay muchas más cosas (winches, cabos, desvíos, cornamusas, candeleros, jarcias, carros, candeleros…) lo que hace obligatorio el uso de calzado, pues los accidentes son frecuentes a causa de tropiezos y resbalones. Un buen calzado, antideslizante, es fundamental en este tipo de navegación. Si además la suela es antimanchas y específicamente náutica, y sólo para ir a bordo, mejor, porque si no habría que añadir los restregones de la suciedad de las suelas y tal vez los arañazos causados por las piedrecillas que pudieran encajarse en los surcos del calzado de calle.

Y luego están los barcos grandes. En este tipo de barco, suele haber tripulación que hace todo el trabajo, y espacios para el disfrute y el ocio que suelen ocupar los armadores y sus invitados. Las cubiertas son amplias y despejadas, la mayoría de veces es de madera o moqueta, lo que hace agradable el andar descalzo. La madera que ponemos en casa tiene varias calidades, lo mismo que las maderas de uso náutico. Cuanto más grande es el barco, mejor es la madera y más resistente a artilugios como los tacones. No obstante, en los barcos que por su tamaño permiten la celebración de recepciones, fiestas, etc., gran parte de la cubierta suele estar enmoquetada, por lo que es insensible a la mayor parte de las agresiones, tanto meteorológicas como humanas.

Por su parte, los interiores de estos grandes yates están enmoquetados, lo que permite un gran abanico de posibilidades; o llevar calzado normal, o tacones, o ir descalzos.

Suelen tener estos yates un espacio, junto a la zona de acceso de las personas, destinado a depositar los zapatos de calle, para que la suciedad no dañe ni manche. Lo normal es que se dejen ahí los zapatos y se permanezca descalzo.

Samurai One
La directa proporcionalidad entre eslora y tacones, se ve claramente en los cruceros y en los yates de lujo. Una vez a bordo, casi no podemos distinguir entre barco y hotel en tierra. A modo de ejemplo, vea los interiores del Samurai One, el segundo mayor yate de lujo construido en España, por Astondoa, que tiene unos 45 metros de eslora y 3 cubiertas con un total de 1200 m2, 6 camarotes vip, 9 cuartos de baño, 3 terrazas, 2 yacuzzis, pinchando aquí. Enseguida entenderá lo que quiero decir.

Uno de los aspectos de la sabiduría del saber estar consiste en guardar armonía con el entorno (entendiendo el entorno como “lo más normal”). El entorno del barco al que llega JLO, que creo que es el de la foto que le pongo (pues fue muy comentado en su momento), hace, tal vez no apropiado del todo esas agujas pero sí medianamente acordes. Fíjese en la tipología de embarcación (parece el Regina D'Italia, yate de D&G, pero no puedo asegurarlo), en el aspecto y número de la tripulación… seguramente JLO llega como invitada a un aperitivo o cóctel, mientras el yate está atracado en su amarre, en puerto. Es obvio que no va a hacer una navegación larga, tal vez un corto paseo, ni a disfrutar de un fondeo en ninguna cala con baños, buceos o esquí acuático.

Regina D'Italia, propiedad de D&G
En cualquier caso, en yates a partir de unos 60 ó 70 pies lo habitual es que a este tipo de eventos o invitaciones se llegue con una formalidad de vestuario, que incluye los tacones, y una vez a bordo los armadores proporcionen a sus invitados calzado de un solo uso, si no quieren ir descalzos. Suelen disponer de un extenso zapatero con calzado femenino y masculino de todas las tallas, de suela plana y antideslizante para que cada uno elija el adecuado. Los hombres lo tienen más fácil pues hay más variedad de zapatos, y les basta con elegir unos de vestir con suela antimanchas (pero conviene advertir que eso no evita las piedrecillas o la suciedad de la calle y el pantalán).

No obstante, y en mi opinión, se puede una presentar igualmente elegante con unos zapatos de salón más razonables y de tacón menos arriesgado. Subir por la escalinata o pasarela a un barco como este es mucho más fácil que bajarlo, aunque sinceramente, yo me preocuparía mucho más por la longitud de la faldita…

¡Saludos!

jueves, 9 de junio de 2011

CARTA ABIERTA A LOS V.I.D. (VERY IMPORTANT DOGS). PARTE II.

Continuando con mi carta anterior, destinada a las mascotas digamos convencionales, y dada la buena acogida que me consta que ha tenido (no esperaba menos de vosotros, los perros), me permito dirigirme a los VID, a los very important dogs, esos que os dedicáis a tareas relevantes que complementan sin errores, las carencias humanas. No voy a recomendar nada a los policías, pastores, perro de epilepsia, de diabetes, rescatadores, rastreadores, cazadores, corredores… pero por ser mucho más urbanitas y dedicarse plenamente al cuidado de sus amos, creo que es necesario que os diga algunas cosas a vosotros, los perros guías, que os entregáis en cuerpo y alma a vuestros dueños, os convertís en sus ojos y pies, con una absoluta y admirable profesionalidad y generosidad.

Si lo hago, es porque, como en mi primera carta, es bastante más farragoso dirigirme a los humanos, mientras que vosotros sois tan receptivos y os entusiasmáis tanto cuando os sentís útiles y veis que vuestro trabajo mejora la convivencia…

Habréis de tener en cuenta que no todos los humanos son conscientes de que sois perros de trabajo, no mascotas. Vuestra filosofía es diferente, no estáis para distraer a vuestros amos, sino para colaborar activamente en el desarrollo natural de su vida cotidiana. Por eso no saben que no han de tocarte ni llamar tu atención cuando estás trabajando, y si eso ocurre, has de mantenerte cual guardia real británico, es decir, como si no fuera contigo por muy pesado que se ponga el humano.

A veces, tus congéneres, cuando andan paseando a sus amos, pueden ponerse algo impertinentes o no entender lo elevado de tus tareas, y empeñarse en jugar o ponerse pesadísimos ladrándote o provocándote, sin que sus amos les den un sopapo de advertencia. Ten paciencia, pues cualquier movimiento imprevisto, tirón o cambio de rumbo, desestabilizará a tu amo con fatales consecuencias.

Ni que decir tiene, que algunos, al verte tan guapo y con esa prestancia, quieran premiarte con comida suculenta; tú ni caso. Sólo has de comer lo que tu amo te ofrece, y por dos razones: nadie come trabajando y además tú sales comido de casa.

Tu gesto inteligente y tu mirada escrutadora, pueden hacer creer a algún humano que las indicaciones te las han de dar a ti en lugar de a tu amo. Qué estúpido. Es tu amo quien te da las instrucciones y es a él a quien únicamente le haces caso.

Los humanos no suelen saber que han de dejar tu lado libre, que no pueden pararse junto a ti ni entorpecer tu paso. Sé comprensivo. Quédate quieto y espera la reacción de tu jefe. Pocos saben que a un invidente que lleva un perro guía, hay que acercarse por el lado contrario. Lo más probable es que, si tu jefe decide dejarse llevar por ese humano en lugar de por ti, le ofrecerá su brazo izquierdo y te hará una señal para que sepas que durante ese rato te da un descanso.

Antes de cruzar por un paso de cebra sin avisador acústico, ya sabes que has de asegurarte de que no vienen coches o de que éstos están parados. Intenta guiar a tu jefe no demasiado cerca de ellos, una para que no tropiece si los coches se mueven, y otra para que no te asustes tú si los conductores son impacientes o impertinentes y les da por hacer sonar el claxon.

Cuando tu jefe deba ir a algún lugar y pregunte a alguien la dirección concreta que debe seguir, no es raro que el otro humano conteste cosas como “siga por aquí y luego tuerza a la derecha en la segunda bocacalle”. En fin. No te impacientes. Seguro que tu jefe le contesta algo así como “¿Por aquí significa recto, y cuántos metros aproximadamente he de recorrer antes de torcer a la derecha?”.

Tampoco saben los humanos que no deben sujetar a tu jefe y arrastrarlo sin que antes lo hayan advertido y tu jefe te confirme a ti que está de acuerdo. Él puede caerse y tú lo entenderás como una agresión; estate atento a la reacción de tu jefe no sea que se te vaya el mal genio antes de hora, cosa que ya sabemos que es poco probable.

Y si toca tu arnés, o pretende conducirte a ti, lo que has de hacer es sencillamente no moverte, hasta que tu jefe diga qué debes hacer.

Ya sé que es un fastidio que antes de entrar en cualquier local público, o transporte, tu jefe haya de deshacerse en explicaciones para que entiendan que tú sí que estás autorizado a entrar, porque más que un animal eres una prolongación suya y porque estás magníficamente entrenado. Confiemos en que la sociedad en general se mentalice de que es así y las autoridades hagan la suficiente publicidad para que todo el mundo tenga esta información.

Y para terminar, sólo alabar tu dedicación y magnífica preparación, confiando en que las mascotas convencionales te tomen como modelo en todas aquellas cosas que puedan aplicar en su vida diaria.

lunes, 6 de junio de 2011

CARTA ABIERTA A TODOS LOS PERROS DEL MUNDO. LOS PROTOCOLOS PERRUNOS. PARTE 1.

En mi primera experiencia laboral, pude disfrutar de un jefe ciertamente especial. Él le regaló a su esposa un cocker spaniel dorado, pero tal y como transcurrieron posteriormente los hechos, el animal pasó a ser más mascota de él que de ella. La posesión de este animal influyó bastante en ciertos hábitos de su dueño, hasta tal punto que incluso, le hizo variar su horario de trabajo.

Tenía que pasear al perrito por la mañana y por la noche, con lo cual su hora de llegada al despacho también cambió. Esto, por mencionar uno de los más notorios, que no relevantes, alteraciones de su cotidianeidad.

De modo que un día, más satisfecho de su mascota que otros días, sentenció “hay dos clases de hombres: los que tienen perro y los que no”. Y bueno, supongo que en muchas cosas en relación a este tema, tenía razón.

Cumplía escrupulosamente con su cuidado físico (del perro quiero decir), sus visitas médicas y su alimentación (del perro también). Lo llevaba sujeto a una correa de pura piel con anclajes bañados en plata, y una chapita de plata con su nombre y teléfono (nombre del perro y teléfono del dueño, se entiende) con forma de hueso (la chapita, no el dueño). En fin, que en su momento este perrito cayó en mejor casa que los hijos de Sara Montiel.

Mi jefe, que era un hombre extremadamente pulcro, limpio y escrupuloso para todas sus cosas, irritantemente exhaustivo y detallista en el trabajo, le costaba un poquito más el protocolo público del perro.

Es decir, recoger los excrementos, llevarlo convenientemente sujeto, regañarle ante comportamientos agresivos, impedir las muestras de cariño gratuitas a desconocidos… y todos estos recuerdos (de hace unos 25 años) me han venido a la cabeza después de casi esparcirme en mi totalidad por la vía pública, gracias a los reflejos dificultados por mis tacones y desatados por un inesperado resto orgánico animal que acababa de depositar un precioso perro sin raza aparente unos segundos antes de mi paso.

El perro se detuvo, se desahogó, y continuó trotando como si tal cosa. Es lo natural, digo yo. Pero es que lo hizo mientras era esperado con gesto complaciente por su dueño, que con sus manos entrelazadas a la espalda lo miraba sonriente, y que renaudó el paso al tiempo del perro, dejando su rastro cual Garbancito del cuento.

No voy a entrar a discernir la educación social, urbanidad y comportamiento adecuado en sociedad de los humanos, porque a la vista está que no todos los cerebros están capacitados para asimilar los mensajes, instrucciones, ruegos, y ordenanzas que le son facilitados para mejorar la convivencia ciudadana.

Así que me voy a dirigir a vosotros, los perros, que a través de los siglos habéis demostrado vuestro respeto a las normas que os son enseñadas, vuestra sensibilidad respecto a las necesidades ajenas, vuestra paciencia y capacidad de retención de líquidos y sólidos, vuestro buen carácter y sobre todo, sobre todo, vuestra esmerada y ávida actitud positiva hacia el aprendizaje:

Ten en cuenta, querido perro, que cualquier cosa mal que hagas, y cualquier perjuicio que causes en la vía pública, será responsabilidad de tu amo, de modo que debes intentar no complicarle la vida, pues puede ser denunciado, multado, y lo que es peor, si tu amo se enfada más de la cuenta y no quiere reparar el daño, la policía te retendrá a ti (sí, ya sé que es injusto y deberían retenerle a él y llevarte a ti casa, pero recuerda que la polícia son humanos y recuerda lo que he dicho antes de los cerebros humanos…) te llevará a la perrera, y estarás allí hasta que tu amo pague y/o recapacite.

No te sueltes de la correa. Si a tu amo se le olvida ponértela, intenta hacerte entender y si no se entera, no te separes de su lado. Si además eres un perro con buena facha, pinta macho-can, metrosexual o de esos que tienenla mala fama de tener mala leche, no puedes salir a la calle sin bozal, y si a tu amo se le olvida ponértelo, haz el favor de no meterte en líos y contener tu mal genio si te ves envuelto en una reyerta o similar, sea con otros canes, otros animales u otros humanos, especialmente y sobre todo, si los humanos son cachorros.

Cuando lleves a tu amo de paseo, recuérdale que tiene que proveerse de unas bolsitas (vale cualquiera) para recoger tus excrementos y depositarlos, convenientemente cerrados en dicha bolsita, en una papelera, contenedor, o elemento especial para ello. Ya sé que lo recogerías tú mismo si tuvieras dedos.

Si tu amo te lleva a pasear por lugares en los que no hay pipicanes (luego te explico lo que es), y el pobre no se ha acordado de llevarse la bolsita, y tú no puedes más, tus opciones son limitadas pero existen:

         1- Nunca en la zona de paso de peatones, sea acera o calzada, parterres, jardines, ni zonas de juegos infantiles.
         2- Utiliza los imbornales (son esas rejillas que hay en el suelo, normalmente junto a los bordillos de las aceras, y que pertenecen a la red de alcantarillado).
         3- Como siguiente opción y si tampoco hay imbornales, hazlo en la calzada pegadito al bordillo (ya sabes, la parte trasera de tu cuerpo hacia la carretera, no hacia la acera) o si los hay, en los alcorques de los árboles (siempre y cuando no tengan enrejado, porque si no se quedará flotando…).

Un pipican es el nombre por el que se conoce el lugar acotado y señalizado que especialmente se destina en la ciudad para atender tus necesidades fisiológicas. Los distinguirás porque llevan un perrito dibujado en un cartel, están delimitados y seguramente habrá un poste en el que haya un expendedor de bolsitas. Si lo ves, aprovecha, porque no son numerosos y casi ningún humano los distingue.

No te acerques a cachorros humanos y no quieras jugar con ellos sin permiso de sus padres aunque los indicados cachorros te inciten. La comunicación a dos vías es compleja, porque tú los entiendes a ellos pero ellos no te entienden a ti.

Cuidado con los humanos que se apoyen en palos (los llamanos bastones o cayados), porque si se te enredan en tu correa o tropiezan contigo se pueden causar daños físicos complicados y te echarán la culpa exclusivamente a ti. Bueno, es posible que encuentres algún humano que diga algo parecido a “qué le voy a decir al pobre animal, si la culpa es de usted que es su dueño”, pero eso no será habitual.

No chupes, lamas ni babees a nadie que no sea tu dueño. Aunque a él le parezca gracioso, te aseguro que al otro humano no le va a dar ningún gusto.

Si tu amo se empeña en que entres en un establecimiento donde tienes prohibido pasar, haz lo posible porque no lo consiga, a riesgo de romperte la tráquea a estirones. Tal vez tengas suerte y desista, dejándote atadito a la entrada. Le harás un favor, y no le meterás en un posible lío. Si a pesar de todo consigue hacerte entrar, procura pasar desapercibido, pégate a su pierna y respira lo justo hasta que salgas.


Y por supuesto, mientras esperas a que salga, simula ser una estatua, no respondas a provocaciones y no ladres para que tu amo se de prisa. Es inútil, hará lo que le de la gana y luego te regañará.

Por tu seguridad y la de tu dueño debes ir atado cuando te lleva en el coche. Esto casi ningún humano lo piensa, de modo que es difícil que lleve el arnés adecuado. Por lo tanto, intenta quedarte en el suelo del coche, tras el asiento derecho, durante todo el trayecto. Evitarás salir despedido en caso de colisión y le ahorrarás a tu amor el disgusto de tu muerte, si es que ésta no se lo lleva a él y le evita el dolor de tu pérdida.

Todo el mundo sabe que los amos acaban pareciéndose a su dueño. Esta es una gran responsabilidad para ti y es la razón por la que debes ser educado, guardar las formas y ser cortés, intentando ser simpático pero correcto, generoso pero no invasivo, y por supuesto limpio y que no se note por dónde pasas. Que si se te tiene que parecer, que por ti no quede.

Y por favor, si tu dueño se cree el encantador de perros, no le dejes mal cuando intenta demostrarlo. Te dejará antes en paz y nos ahorrarás a todos un rato raro.

Estas normas valen para ti y para toda tu familia, todos tus amigos y en general, toda la especie perruna, por lo que te ruego que le des la máxima difusión. Pero no utilices el método de llamada aullido nocturno de tus congéneres en 101 Dálmatas, porque habrá quejas de todo el vecindario y puede que de toda la ciudad. Utiliza el morro a morro durante tus paseos diarios.

Y por favor transmite al grupo VID que otro día les daré unas instrucciones concretas para ellos, atendiendo a las especiales características de sus dueños, esos que no poseen todos sus sentidos, y concretamente, el de la vista.

Un ¡guau! muy cariñoso para ti.

viernes, 3 de junio de 2011

EL PROBLEMA DE TENER DINERO.


No hay nada menos elegante, menos estiloso, menos discreto, más hortera, más arriesgado, más fantasmoso… que enseñar una cartera llena de dinero, y más, si son billetes grandes.

Esto es algo deliberado. Nadie lleva billetes grandes para manejarse en la vida diaria. No se puede funcionar. Incluso hay establecimientos donde se exhiben letreros avisando de que no se admitirán billetes de 100 €.

Los hechos son: 12.30 de la mañana, cafetería en el centro de la ciudad, señor de cuarentaytantos, traje y corbata (combinación de colores que podría mejorarse mucho), sentado en un taburete en la barra, acompañado de dos hombres más, en pie, y de otra mujer sentada en otro taburete. Cafés, alguna cerveza y un plato con restos de algo. Llega el momento de irse, el rumboso que saca su cartera mientras con voz innecesariamente alta va pregonando “pago yo, pago yo, guarda eso”. La abre, y aparecen bastantes billetes de 100 €, y alguno de 200 €. Los acompañantes ven su cartera y contenido, se les escapa una ráfaga de sorpresa e incredulidad en sus cejas y rápidamente desvían la mirada, al tiempo que el susodicho exclama “vaya, oye guapa –dirigiéndose a la camarera- ¿tienes cambio de 100?”.

La camarera le mira con expresión entre resignada y paciente. “Sí, tengo cambio, pero no admitimos billetes de 100 €, señor, lo siento”. “¡Vaya, ni con dinero se puede ir por ahí!”, dice el fantasma.

Otro de los hombres, presurosa y ruborosamente vuelve a sacar su cartera y extrae un billete de 20 € que le entrega a la camarera. “Bueno, la próxima vez será” sonríe el fantoche.

La conclusión podría ser que el tipo en cuestión es un fanfarrón hortera y nuevo rico con psicopatía exhibicionista. Pero en mi opinión, ese diagnóstico es demasiado elaborado y de altura para poder aplicárselo.

Así que me decanto porque en la realidad, esos billetes son todos falsos y de pega, y es un espabilado que a base de ostentar una riqueza inexistente no se gasta un céntimo nunca. Porque con toda esa cartera de billetes grandes no me puedo creer de ninguna manera que ni siquiera fuera de piel.

miércoles, 1 de junio de 2011

EL ESCOTE FEMENINO.

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¿Cuál es el tipo de escote que mejor sienta cuando tienes mucho pecho? Muchas gracias, soy Juani, de Tenerife.


Hola Juani. El mundo de los escotes es mucho más diverso, interesante y divertido de lo que podría parecer a simple vista (y no es una ironía).


Hay varias clases de escotes que ahora te contaré. Para elegir un tipo de escote hay que tener en cuenta varios factores, además de nuestro propio físico y que nos resulte más favorecedor. Es importante decidir qué clase de imagen queremos transmitir con ese vestido y escote en concreto, para qué lo vamos a emplear, en qué momento del día o la noche, en qué evento... y sobre todo, cómo va a incidir ese escote en el conjunto de nuestra persona.

Y digo escote porque cuando nos preocupamos del tipo de escote por encima del tipo de vestido, significa que tenemos la intención de enseñar, porque si no deseamos enseñar no pensamos en el escote, si no en el vestido como pieza.

De modo que, volviendo al principio, los tipos de escote más conocidos son:

Escote ilusión, escote de pico, redondo y palabra de honor.

Palabra de honor, también se llama strapless. Es recto por delante y por detrás, se ajusta bajo las axilas y puede ser más o menos pronunciado y curvarse más o menos en el centro del pecho (canalillo). Es mejor para los pechos pequeños y medianos, y queda maravilloso si se tienen los brazos delgados.

Escote de barco. Hay dos versiones, el que se lleva hasta la parte superior de los brazos, lo que se llama hombros caídos. Suele quedar muy bien pero es algo incómodo para el movimiento normal de los brazos. La segunda versión llega hasta casi la mitad de los hombros, y es bastante más cómodo.

Escote corazón, cuadrado y alto o cisne.

El halter (abrochado en la nuca). Puede llegar más arriba o abajo del nacimiento del pecho, y es el que más disimula el busto grande. Suele quedar muy sexy sobre todo si proviene de dos tiras con corte bajo el pecho que tapan cada uno de ellos.

Ilusión. Básicamente, es el tipo de corte más que el escote en sí. Consiste en un escote palabra de honor o de barco, que se prolonga hasta el cuello con tejido transparente, normalmente tul. Se usa mucho en los vestidos de novia, y su nombre proviene porque así se llama el tul que se suele utilizar. Les va muy bien a las mujeres con el cuello largo y delgado, hombros estrechos y peqho pequeño.

Escote de barco y de caja.
Corazón. Es como el palabra de honor pero con la forma típica en el centro del pecho. No conviene si se tienen muchas redondeces porque las acentúa.

Pico. No molesta al pecho grande y estiliza visualmente la figura, distrayendo del tamaño del pecho pero resaltando el canalillo.

Escotes halter, con escote y sin él.

Cuello alto. Es favorecedor si se tiene un cuello razonablemente largo, queda muy bien sin mangas y es mejor ponérselo con el pelo recogido. Da apariencia de sobriedad. 

Caja. Rodea el cuello y requiere que éste sea delgado y tirando a largo. Peligrosamente soso si se acompaña de manga larga y sorprendentemente preferido por las mujeres de edad, a quienes suele sentarles fatal. El pecho mejor si es pequeño o moderado y necesita que la zona de camafeo tenga un tamaño razonable, es decir, que el pecho no sea alto.

Así que, Juani, debes elegir de acuerdo a los factores en su conjunto. Un saludo.




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