IMAGEN PERSONAL


El ser humano, en una primera impresión, juzga en segundos basándose en información completamente superficial. Esa primera impresión superficial, se construye a base de porcentajes de todo lo que somos y mostramos. El  70% de esa impresión lo ocupará la apariencia personal (lenguaje no verbal), es decir, lo que enseñamos, lo que llevamos puesto, nuestro peinado.... lo que se ve. A continuación el modo expresarnos (tono de voz, timbre, entonación...) se lleva el 20% de esa impresión; cómo saludamos, cómo nos presentamos, se lleva el 8%, y lo que decimos, el 2%.
En resumen, la imagen personal va a transmitir de forma contundente lo que supuestamente somos, y si esa imagen es errónea, nos llevará muchísimo tiempo demostrar que no es así, si es que alguna vez tenemos la oportunidad de poder hacerlo. No hay una segunda oportunidad para una primera impresión.
Por ello, ser conscientes de lo que transmitimos, de cómo mejorar lo que tenemos, es una arma muy eficaz para conseguir lo que queremos, tanto en el terreno profesional como en el personal. 
Y esa imagen debe estar "tratada" con sentido común, con coherencia entre lo que somos, lo que nos gustaría ser y lo que podemos cambiar o mejorar para llegar lo más cerca posible de los nos gustaría ser.
Nadie está cómodo en el traje de otro, y es imposible mentir. Controlar nuestra apariencia con inteligencia es el arma más eficaz para sentirnos seguros de nosotros mismos, y transmitir sinceridad, confianza e integridad, alejándonos de la versión patética en la que podemos caer si nos embutimos en un disfraz que no tiene nada que ver con nosotros. 
A través de los cursos de imagen y marketing personal y profesional, aprenderemos técnicas eficaces para encontrar y trabajar sobre la mejor versión de nosotros mismos, haciendo que nuestro cuerpo complemente de forma óptima nuestra cultura intelectual,, consiguiendo el óptimo equilibrio entre ambas cosas.