martes, 19 de octubre de 2010

HISTORIA DEL HIMNO DE ESPAÑA Y SU "NO LETRA".


¿Cual es la historia y por qué el Himno de España no tiene letra? Mª José de Orihuela.

Los estudios realizados por el eminente y prolífico investigador de estos temas, Ricardo Fernández de Latorre, permiten afirmar que la Marcha de Granaderos (Carlos III) como originariamente se llamó al Himno de España,  fue escrita en 1761 por Manuel de Espinosa, inspirado en antiguos toques militares de la Ordenanza del Ejército español existentes durante el reinado de Carlos III.

Los granaderos eran por lo general soldados escogidos, de elevada estatura y gran fortaleza física, y tenían una misión de choque o asalto; disponían de granadas para arrojarlas sobre las defensas enemigas, abriendo paso a las cargas a la bayoneta de los fusileros.Dentro de las Reales Ordenanzas de este Rey, que se usaron durante más de dos siglos, hasta la que Juan Carlos I dictó sus propias Reales Ordenanzas, los toques militares también estaban reglamentados. En la Biblioteca Nacional de Madrid se conserva el manuscrito que llevaba el título de “Libro de Ordenanza de los toques de pífanos y tambores que se tocan nuevamente en la Infantería Española compuestos por D. Manuel de Espinosa de los Monteros”.

Por Decreto núm. 226, de 27 de febrero de 1937, de la Jefatura del Estado, se declara la Marcha Real o Granadera como Himno Nacional. Posteriormente, y por Decreto de 17 de julio de 1942 (BOE nº 202), la Marcha Granadera es confirmada en su elección como Himno Nacional de España, denominación que llega vigente hasta nuestros días.

Desde entonces sólo pueden señalarse dos disposiciones que lo reafirman en su uso e, incluso, delimitan su ámbito y extensión de interpretación. En primer lugar, a una modificación del Reglamento de Honores Militares publicada por Decreto en el Diario Oficial núm. 269, de 17 de noviembre de 1966, que establece una nueva redacción del Artículo 12 de la misma disposición oficial aprobada en 1963. En ella se fija la duración de la interpretación del Himno Nacional en un minuto y cuarenta y cinco segundos, o en treinta y cinco segundos -si se trata de su primera parte-, según sea la categoría de los respectivos honores. La segunda es el Real Decreto 834/1984, de 11 de abril (BOE nº 107, de 4 de mayo) por el que se aprueba el Reglamento de Honores Militares, vigente hasta el día de hoy, y que deroga el anterior, de 1963, y sus modificaciones posteriores.

El uso del Himno Nacional se generalizó entre el público porque acompañaba los actos que contaban con la presencia de los Reyes, sobre todo durante el reinado de Isabel II.

El primer documento oficial donde se cita expresamente la pieza de Espinosa está fechado en 1853, y dice: “S.M. la Reina ha tenido a bien disponer que, en lugar de la marcha prescrita por el Reglamento Táctico de Infantería, aprobado por Real Orden de 18 de octubre de 1850, se toque en lo sucesivo la antigua española vulgarmente conocida con el nombre de Granadera...”. Desde este momento las referencias a la Marcha Real son innumerables.

El 18 de septiembre de 1868, en Cádiz, el almirante Topete se pronuncia contra al gobierno de Isabel II. El día 28 las fuerzas rebeldes derrotan, en Alcolea, al escaso ejército leal a la Reina, e inmediatamente las nuevas autoridades dan paso a las Juntas Revolucionarias. El día 30, Isabel II abandona España. La revolución ha triunfado y con ella la Marcha Real es desterrada de todas las partituras de las agrupaciones musicales. Se reimpone en su lugar el Himno de Riego, como signo del sentimiento antimonárquico del momento. Durante la Regencia del general Serrano se escuchó, efímeramente, una composición de 1869 titulada Nueva Marcha Nacional, de J. Squadrini.

Reinstaurada la Monarquía por las Cortes Constituyentes -el 13 de octubre de 1870- en la persona de don Amadeo I, a instancias del general Prim, convoca un concurso nacional para elegir un Himno Oficial del Estado. A pesar de las 447 composiciones presentadas, el jurado declara desierto el certamen, lo que lleva a Prim a adoptar nuevamente la Marcha de Granaderos como Himno Nacional, aunque siga careciendo de letra para ser cantado.

De este primer concurso que no llegó a fructificar, llegamos hasta la Guerra Civil. Durante la confrontación bélica -y una vez reinstaurada la Marcha Real como Himno Nacional (1937)- varios poetas españoles de renombre hicieron intentos de adaptar una letra a nuestro Himno, pero ninguna prosperó por uno u otro motivo.

No obstante, existen cuatro composiciones escritas de las cuales, dos son más bien cantos a la bandera española -las del H. Miguel Antonio (I) y Eduardo Marquina (II)- y otra de José Mª Pemán (III) que puede aproximarse, dentro de su brevedad, a un himno con calcos falangistas evidentes. Esta última versificación es la que recogió Giménez Caballero en su libro La Infantería Española, como testimonio de la resurrección del himno, que se escuchó durante varios años -finalizada ya la guerra- a la vista del retrato de Franco en las pantallas de los cines, en los desfiles y en las concentraciones de la época.

La letra original del H. Miguel Antonio y versión musical del P. Narciso Otaño (IV), es un canto a la bandera, con la pretensión de que fuese la “letra para ser interpretada al izar y arriar banderas en las grandes solemnidades”. La sugerencia no prosperó a pesar de las alusiones al Caudillo y a tener un final extraído del Cara al Sol, aunque sí se cantó, en contados casos, en algunas escuelas primarias, existiendo ya el Frente de Juventudes.

Esta dificultad de adaptar al Himno Nacional una letra quizá resida en su breve partitura -no olvidemos que en su origen era un Toque- e incluso por el ritmo de entonación. Que haya de escucharse, o cantarse, en posición de pie casi es secundario; más bien se puede deber a que falta a la música la amplitud estrófica y el arranque armónico para adaptarlo a un poema hímnico.
Basta con comprobar que en casi toda Europa los himnos pueden ser entonados a coro, ensalzando a su rey -el God save the Kind, inglés, y su versión alemana en tiempos del Kaiser, Heil dir im siegerkranz, el ruso de los Zares, el rumano de antaño, el austríaco, etc.- y otros de signo más revolucionario y original -La Marsellesa francesa, o La Brabançonne belga-, o el portugués, también escueto, meridional y abundante en gritos de ánimo que dice: “¡Héroes del mar! ¡Noble pueblo, nación valiente, inmortal, levantada hoy de nuevo! ¡El esplendor de Portugal!”. Y después reitera: “¡A las armas! ¡Por la Patria luchar! ¡Contra los cañones marchar! ¡Marchar!”.

1. Himno Nacional.
¡Salve! ¡Salve!
Bandera de la Patria,
vida, amor y fe
del español hogar.

Nueva aurora en tus colores brilla
anunciando el sol de la España imperial.
Vuelven los siglos de gloria y honor
por el solar hispano con paso triunfal.

Luz, esperanza,
amor, juventud.
España entera
vuelve fuerte a resurgir

Son tus pliegues recuerdo de los bravos,
que en la lid lograron sucumbir.
¡Santa bandera, que mi alma venera,
a tu sombra quiero yo morir!

Letra: H. Miguel Antonio, H.M. (1947)

2. Himno Nacional.

¡Gloria! ¡Gloria!
Corona de la Patria,
soberana luz,
que es oro en tu pendón.
Púrpura y oro, bandera inmortal,
en tus colores juntas carne y alma están.

Vida, vida,
futuro de la Patria,
que en tus ojos es
abierto el corazón.
Púrpura y oro, querer y lograr;
tú eres, bandera, el signo del humano afán.

Letra: Eduardo Marquina (1942)

3. Himno Nacional

¡Viva España!
Alzad los brazos, hijos
del pueblo español,
que vuelve a resurgir.
Gloria a la Patria que supo seguir,
sobre el azul del mar, el camino del sol.

¡Triunfa, España!
Los yunques y las ruedas
cantan al compás
del himno de la fe.
Juntos con ellos cantemos de pie
la vida nueva y fuerte de trabajo y paz.

Letra: José María Pemán (1942)

4. Himno Nacional

Cielo y tierras
y mares se juntaron
por besarte ¡al fin!,
con beso triunfador.

Ya eres Reina y Señora, como en tiempos
que, ondeante al sol, hurtabas su esplendor.
Y es tu consigna de amor y de luz
que tus colores cubran la fecunda paz.

Bajo un Caudillo, un Imperio, una Cruz,
nuestra bandera triunfe en cielo, tierra y mar.

Letra: H. Miguel Antonio, Versión musical: P. Narciso Otaño, S.I.J. (1942)

Por Decreto núm. 226, de 27 de febrero de 1937, de la Jefatura del Estado, se declara la Marcha Real o Granadera como Himno Nacional. Este Decreto restablece el himno vigente hasta 1931, y crea, además, los Cantos Nacionales Cara al Sol y Oriamendi.

La Marcha Real reaparece, de este modo y con su nueva denominación en plena Guerra Civil y en las mismas condiciones, es decir, sin letra para ser cantada. Posteriormente, en 1942 (BOE nº 202), la Marcha Granadera es confirmada en su elección como Himno Nacional de España.

El Estado tiene los derechos de explotación mediante RD1543/1997, de 3 de octubre, que sirve para confirmar que la autoría de la nueva revisión e instrumentación del Himno corresponde, a partir del momento presente, al mencionado Grau Vergara, y el hecho de la compra de los derechos de explotación se ha realizado a los hasta ahora propietarios (derechohabientes) de la versión que de la Marcha Granadera instrumentó en 1908 el maestro Bartolomé Pérez Casas, siendo director de la Real Banda de Guardia de Alabarderos durante la Regencia de la reina María Cristina de Habsburgo-Lorena.

En segundo lugar, por RD1560/1997, de 10 de octubre (BOE nº 244), de la Presidencia del Gobierno, se regula la utilización como Himno Nacional de España de la composición citada y se establecen, formalmente, la partitura oficial, sus diferentes versiones y las distintas modalidades de interpretación.

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