En principio, cualquier expresión que demuestre un deseo positivo hacia alguien, es agradable de escuchar. Desearle a los comensales que la comida les sea grata, está bien. Pero cuando los comensales tienen que "interrumpir" su deglución para contestar continuamente con "gracias" o "igualmente", reconozcamos que se convierte en algo molesto.
Por otra parte, tiene también mucho que ver con la cultura de cada país. En la mayoría de los países sudamericanos, es de muy mal gusto. Sin embargo, en los países árabes es algo casi imprescindible.
En cualquier caso, es una reminiscencia del protocolo más antiguo, y tal vez deberíamos ir modernizando algunas costumbres. En mi opinión, no debería decirse ni siquiera en los ambientes más íntimos. Me parece innecesario y como he dicho antes, bastante molesto.
No obstante, la perspicacia de cada uno descubrirá su mayor o menor procedencia.
Saludos!
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