lunes, 14 de febrero de 2011

VESTUARIO, IMAGEN Y CONFUSIONES.



Hola. No creo que el éxito de mi trabajo esté en cómo visto, sino en cómo negocio, no? Trabajo en una empresa de servicios, y soy comercial. Tengo que visitar a muchos clientes, y en la empresa me exigen un vestuario sobrio y sin ninguna connotación sexual, es decir, nada de pelo suelto, nada de vestidos, nada de cualquier cosa que pueda "confundir" al cliente. ¿Por qué? Alicia R.

Hola Alicia. Hay varios aspectos a tener en cuenta en tu consulta.

En primer lugar, trabajas para una empresa que exige esos requisitos, y si quieres permanecer en ella, los tendrás que cumplir.

Esto que expones, a mi modo de ver, no es más que una derivación machista producida por la incorporación de la mujer al mundo profesional. Parece que los hombres son fácilmente "distraibles" y pueden "confundirse" si tu aspecto no se parece al de ellos, con lo cual no sabemos si conseguirías más clientes para tu empresa o menos... es una duda razonable.

Es una filosofía tan finamente retorcida, que podríamos decir que los hombres de negocios son totalmente manipulables y bastante tontos. Si te vistes como ellos, evitarás cualquier suspicacia y eliminarás elementos sexuales, lo cual parece que significa que serás más inteligente y se te respetará más. Si llevas el pelo suelto y un vestido con medias, es imposible que seas una buena negociadora, que tengas mala uva o sepas ser comercialmente agresiva en un momento dado. Probablemente serás una incompetente que utiliza sus encantos para conseguir rappeles a cambio de quién sabe qué cosas...

Pero si te masculinizas, pareciéndote más a ellos, ocurrirá que ellos se sentirán en igualdad de condiciones y podrán ejercer su modus operandi varonil en el duro mundo de los negocios sin tener que comportarse como caballeros.

En fin. Estamos ante otro estereotipo cultural. Si quieres parecer mejor profesional, tendrás que parecerte a ellos porque no te valdrá sólo con demostrar tu valía desde el minuto cero, como se les exige a ellos.

No he visto que las Koplovitz se masculinicen para tener éxito en sus negocios. Quiero pensar que el talento profesional no lleva medias ni corbata, sino que es algo que la persona demuestra con su aptitud y actitudes.

Y tampoco estoy hablando de irnos al otro lado... porque los hombres no van enseñando la tableta para conseguir más clientes. Sencillamente, se visten con corrección y cuidan su imagen personal. No marcan paquete ni hacen ostentación de atributo sexual alguno (salvo en la verborrea alguna que otra vez) para cumplir sus objetivos profesionales. Por lo tanto, no estamos hablando de escotes excesivos, faldas cortas o vestidos ceñidos. Estamos hablando de señoras que cuidan su imagen personal, y utilizan en su vestuario prendas esencialmente femeninas. La sobriedad y la elegancia no están reñidas con la feminidad, sino todo lo contrario. A ninguna mujer se le ocurre vestirse de fiesta para ir a una reunión de negocios.

En unos momentos en los que nos replanteamos la obligatoriedad del vestido largo para las autoridades femeninas en las recepciones oficiales, o la genuflexión exclusivamente por parte de la mujeres, parece un despropósito conservar estos convencionalismos tan estereotipados, y tal vez deberíamos comenzar a pensar que a ese duro mundo de los negocios tan enraizadamente masculino le convendría dejar de serlo tanto.

En el equilibrio está la virtud, para ellos y ellas, igual que está la inteligencia. Y el que se distraiga, peor para él. 

1 comentario:

  1. Perfecto comentario sobre la realidad que aún hoy tenemos, y de lo mucho que nos queda por luchar para que esto que es de sentido común, se integre por fin de manera total y equilibre el mundo profesional.
    Hemos avanzado mucho, aunque aún nos queda bastante ...

    Verónica

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