domingo, 9 de enero de 2011

Reyes y risas.


La presentación al Rey de las Cartas Credenciales de los nuevos Embajadores es una de las ceremonias del protocolo diplomático con más tradición y que conserva unas normas de etiqueta y ceremonial muy estricto.

De modo que, si nos ocurre a alguno de nosotros lo que a Su Majestad en un momento importante y delicado como éste, querríamos que se nos abriera la tierra bajo los pies y desaparecer. A todos nos ha sonado el móvil en el momento más inoportuno, y ha servido para que quitáramos el politono con sonido "peculiar" o con una canción "especial", o sencillamente, para que no se nos olvide silenciarlo en ocasiones que lo requieran.

Seguro que en el ejercicio de su profesión, su Secretario le habrá advertido en otros momentos "Majestad, cuidado con el teléfono..." y seguramente lo habrá dejado por imposible.


Pero creo que, a estas alturas, a SM se le pueden consentir este tipo de cosas, y tomarlo como una anécdota sin importancia pero divertida, que parece integrar a Don Juan Carlos en un comportamiento sencillo y cotidiano. Un error sorprendente, pero humanizante. Su disculpa al sonar el teléfono es "es que tengo un teléfono un tanto... perdón..." ¿Qué otra cosa podría decir?.

Aunque habremos de reconocer, que si en lugar de a SM esto le ocurre al Embajador de Marruecos, a quien recibía en ese momento, hoy estaríamos mofándonos de él o criticando a su asesor personal.

Yo me haría otras preguntas: ¿Quién ha elegido ese politono? ¿Él mismo? ¿Uno de sus nietos ("abu, abu, ponte este!!!")? Y sobre todo... ¿Quién ha llamado o enviado un sms a SM? Y lo más importante... ¿con qué contenido? Y es que con lo nuestro somos más benevolentes, aunque no dejemos de ser cotillas.

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