jueves, 21 de octubre de 2010

ENSEÑAR LA CASA EN UN EVENTO PROFESIONAL.


Tengo una cena proximamente en casa. Se trata de un acontecimiento social por motivos profesionales. Mi pregunta es: ¿debo ofrecer a los asistentes la posibilidad de una "ruta turística" para conocer la casa o puedo obviarla? ¿y si me lo piden? Ernesto.

Como muy bien te dice la intuición, si no te parece oportuno enseñar tu casa es porque no existe la suficiente intimidad con esas personas, y estás en lo cierto. La casa es el espacio más personal que tenemos, y no tiene por qué estar totalmente expuesta. Existen espacios destinados a recibir visitas que sólo tú decides, y es ahí donde debe producirse la relación social con aquellos a los que has invitado.

Si no existe esa confianza y te piden verla, es porque se trata de personas indiscretas del tipo que abren los armarios del baño cuando lo usan para cotillear qué tienes en ellos. No puede evitarse, qué le vamos a hacer. Sin embargo, sí puedes cortésmente mentir alegando que estás reformando las habitaciones y que no están visibles, aplazando la "ruta" para una futura ocasión, por ejemplo. A una cara, pues otra. Tendrás que valorar tu actuación en función del interés que tengas en complacer o "quedar bien" con tus invitados.

Por otra parte, y volviendo a los baños, cuando recibimos personas ajenas a la familia, es conveniente tener en cuenta varias cosas. En primer lugar, retirar de la vista todo aquello que sea de uso estrictamente personal (cepillos de dientes, del pelo, objetos de uso femenino, etc....). Cambiaremos la toalla de tela por bonitas servilletas de calidad de un solo uso, que podemos poner dobladas sobre el lavabo. Pondremos una pastilla de jabón nueva o varios jaboncitos pequeños o un dosificador que esté lleno. Y es un bonito detalle colocar una cestita con peines individuales, cepillos de dientes y pasta del tipo que se usa en los hoteles, así como un tubo de crema de manos (no bote donde haya que meter la mano).

Otras cosas como disponer un lugar cómodo para dejar abrigos, bolsos, etc. o un pequeño detalle de bienvenida para todos (no sólo las señoras, para no arriesgarte con que alguien se sienta sexistamente excluído o incluído), te ayudarán a quedar como un anfitrión detallista y en todo caso, paliarán el efecto de tu negativa a enseñar la casa.

Suerte!!.

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