domingo, 31 de julio de 2011

EL REGISTRO ARTESANAL DE LAS LLAMADAS. ANÉCDOTA MUNICIPAL.



No hace mucho me decía una colega que, después de tantos años en la administración, seguro que tendría anécdotas referidas a mi profesión. Pues sí, algunas hay. Lo que pasa es que casi ninguna se debe contar, porque forman parte de la confidencialidad del puesto. Pero otras, muy poquitas, merece la pena contarlas.

Ésta en concreto, me sirvió para darme de bruces con la simplicidad (en el sentido de sencillo) de ocuparse de una tarea sin las implicaciones enrevesadas que pretenden hacernos la vida más organizada y eficaz. Y ha venido a mi memoria porque he tenido que pedir que me recojan una llamada importante que yo no iba a poder atender, y porque además, coinciden en el tiempo. Es decir, julio, y las vacaciones veraniegas.

Dentro del protocolo municipal podemos incardinar algo que, aunque en la actualidad está reconocido y potenciado a través de los convenientes cursos para el personal al servicio de las administraciones públicas, hace 20 años no era más que una idea que comenzaba a surgir: la formación de los bedeles en lo que se refiere a la atención al público, tanto personal como telefónica.

En aquellos años, la media de edad de estos trabajadores se situaba alrededor de los 50-60 años. Era antes de la explosión demográfica del funcionariado, de la descentralización de los servicios y por ende, de personal joven recién incorporado que trajera consigo un nuevo estilo de funcionario más acorde con los tiempos modernos, y con el cambio de mentalidad hacia el ciudadano, y casi más importante aún, con un ímpetu más participativo y voluntarioso.

Vengo a decir que no existía preparación para el desempeño de determinadas tareas, y que a eso se añadía, además, un número de años de servicio con vicios adquiridos muy difíciles de desarraigar, y pocas ganas también de hacerlo.

Así pues nos encontramos en el mes de julio, con la plantilla bajo mínimos y con la ausencia de la otra persona con la que compartía tareas en la secretaría particular del Concejal, a quien debía acompañar a un acto.

El Concejal esperaba una importante llamada desde Madrid, y cuando voy a marcharme, con la intención de advertir al bedel sobre esta llamada y qué debía hacer si se recibía, me encuentro justo con la persona a la que sabía que no podía dar explicaciones medianamente complejas, o que supusieran una cadena de tareas de más de dos eslabones. De modo que me limité a pedirle que tomara nota de las llamadas que se produjeran, y que se las recogería al volver.

Una hora y media más tarde, vuelvo a la Concejalía y le pido el listado de llamadas.

- No las he podido anotar, es que me he quedado sin papel aquí y como estoy solo, no me podía mover.

Tuve un sentimiento de impotencia tremendo, y la certeza de que no se podía hacer nada. Mi cara de perplejidad debió de ser tan evidente, que el pobre bedel puso cara de compadecerme infinitamente, y nerviosamente añade:

- Pero no te preocupes, que me acuerdo de todas.

- ¡Ah, qué bien!, exclamé, pensando esperanzadamente que aunque de los teléfonos no se acordara, yo los podría averiguar si me decía quién había llamado. Él, contagiándose de mi sonrisa y con gran aplomo y satisfacción me dice:

- Dime nombres…




sábado, 30 de julio de 2011

QUÉ HACER CON LA MINUTA Y EL BOLSO.



Cuando voy a banquetes de algún tipo, sean bodas, comidas, lo que sea, siempre tengo dudas con lo mismo, y además suele ser motivo de comentarios en la mesa. Es qué hacer con el menú que te ponen encima del plato, que acaba molestando lo pongas donde lo pongas, y lo otro es qué hacer con el bolso, porque son bolsitos de fiesta que no los puedes colgar, y tenerlo en los muslos con la servilleta es incómodo, y entre el respaldo y el cuerpo también, porque no te deja sentarte con tranquilidad.
Una buena idea de Arte Catering, de Santiago de Compostela.
Bajoplato transparente, que permite al comensal ver el menú entre cada
servicio.

Pues es verdad, son dos cosas tontas que pueden incomodar sin necesidad. Cuando dices el menú, es la minuta, cartulina de diversos tipos y tamaños donde se relaciona el menú que se va a servir. Es verdad que tenerlo dando vueltas por la mesa, teniendo en cuenta que suelen haber tantos como personas (unos 10 más o menos) puede ser un incordio, tanto para nosotros como para los camareros que han de ir esquivándolos para colocar los platos.

Una buena solución es colocarlo debajo del bajoplato, de donde podemos rescatarlo momentáneamente si queremos consultarlo y donde no nos molestará.

Respecto al bolso, un buen lugar es debajo de la silla, en el suelo, apoyado por la parte interior de la pata de la silla, preferentemente de la izquierda, pues el camarero nos servirá por la derecha y así evitaremos algún accidente. Lo tendremos bajo control y no nos molestará. Podría dudarse sobre la conveniencia de dejarlo en el suelo y que tal vez no sea muy elegante, pero si el respaldo no nos permite ubicarlo allí, bajo la silla es la mejor opción. 

Lo que no debemos hacer nunca es ponerlo sobre la mesa. 

viernes, 29 de julio de 2011

BAJOPLATO Y CAFÉ.



He estado en un banquete de boda hace poco, y no nos quitaron los bajoplatos, sirviendo el café sobre ellos. ¿Eso es correcto?

No, no lo es. Lo que sí es extraño es que, montando una mesa de boda, en la que se incluye bajoplato (que ya supone una cierta categoría), los profesionales que trabajan para montar y servir el banquete tengan una formación tan escasa.

Pero en fin, no tengo más datos que los que usted me da, así que no podemos entrar a valorar en profundidad si hubo alguna razón por la que eso se hizo así. El resto de lo que veo en la fotografía es correcto. Se dejaron las copas de agua y se sirvió el cava. Están sirviendo los licores y hay bombones o dulces sobre la mesa. Lo chocante es la mano enguantada del camarero y la taza sobre el bajoplato... no se corresponden entre sí.

Lo que sí puedo decirle es que el bajoplato está pensado para marcar la posición de la persona y evitar el mantel vacío entre plato y plato. La norma es retirarlo tras el postre, y servir el café y las copas sin su presencia.

No obstante, si el bajoplato era tan bonito que el jefe de sala ordenó dejarlo... pues él sabrá.

Por mi parte, le aconsejo que ante estas dudas, no tenga reparo en plantearlas al responsable. Es decir, acérquese usted al maître o jefe de sala y pregúntele la razón de por qué se actúa así, y explíquele que usted tenía entendido que había que retirarlo.

Un amigo mío acostumbra a decir que el que pregunta, es tonto una vez, pero el que no pregunta nunca, es tonto siempre. Una buena pregunta realizada con corrección normalmente tiene una buena respuesta.

A mí también me gustaría saber porqué no los quitaron...

jueves, 28 de julio de 2011

EL CATERING DE EMPRESA.



Trabajo en una empresa comercial en la que frecuentemente ofrecemos catering a visitas de delegaciones, tanto españolas como extranjeras. Tenemos sucursales por varias ciudades de España, y viajo continuamente acompañando a estas visitas. Los catering que se ofrecen son contratados por cada sucursal, y he visto mucha variedad y diferencias, tanto en positivo como en negativo, en ellos. Me gustaría, para uniformidad de la empresa, dar unas instrucciones o normas sobre cómo deben ser esos catering. No tengo problemas con la tipología de los alimentos, ni con el tema de bebidas y presupuesto, pero me surgen muchas dudas sobre qué características deben exigirse a las empresas en cuanto a los camareros (algunos servicios fueron un horror) y sobre los lugares y espacios físicos donde se dan estos catering. Muchas gracias por su ayuda.

Hola. Me parece una idea excelente el establecer unas normas que unifiquen el comportamiento de su empresa en este tipo de eventos, que debería extenderse a todas las actuaciones que realice, tanto comerciales como de gestión.

Le aconsejaría en primer lugar, que consensue estas normas con el departamento que en su empresa se responsabilice de las actuaciones externas, con el fin de que guarden sintonía con la imagen corporativa general, tanto en el modo como en la forma, respetando y potenciando al máximo la identidad empresarial.

En realidad, este tipo de actuaciones deben recogerse en el Manual de Estilo de la corporación, cuya creación le animo a promover si no lo tienen ya.

Debe contemplar en esas normas la obligatoriedad de dar relevancia a la imagen corporativa de su empresa, según corresponda a la ocasión, mediante los símbolos de la misma. Del mismo modo, si se dan regalos corporativos, en qué circunstancia, de qué manera, a quién y de qué categoría, y cómo se presentan y entregan.

Entrando en el tema que me consulta, le hago unas consideraciones generales que es conveniente conocer para a continuación, entender y elegir con mayor criterio las normas que quiera usted dictar.

LOS CAMAREROS.

Como punto de partida, por supuesto exigiremos higiene exquisita (uñas cortas y limpias, pelo limpio y/o corto y/o recogido, dientes impecables, afeitado perfecto o barba y/o bigote cortos y cuidados, etc.). Los camareros y camareras no deben llevar adornos en las manos, ni relojes ni pulseras que puedan interferir de algún modo en el desempeño de su trabajo o en la higiene del mismo.

El resto de adornos (pendientes, coleteros, piercings, tatuajes…) deben ser extremadamente discretos o no verse o no existir.

Todo esto parece una obviedad, pero la práctica demuestra que no siempre se cumple.

Dependiendo del catering, su importancia y experiencia como empresa, tendrán como trabajadores a personas más o menos formadas, por lo que nada debe dejarse a la suposición.

Por lo tanto, la buena presencia debe pasar por el propio cuerpo y extenderse al uniforme, atuendo imprescindible que debe reflejar la identidad corporativa de la empresa y que debe ser impecable desde la corbata, si la lleva, hasta los zapatos.

Y por supuesto, a la forma de tratar a los invitados. A un camarero se le puede perdonar un pequeño fallo en el servicio, pero nunca se tolerará ni olvidará un mal
talante, un desaire, una falta de respeto o una notoria antipatía.

Me dice que atiende usted a delegaciones tanto de España como extranjeras. Este es un punto a tener en cuenta pues es buen detalle si podemos negociar con el catering la presencia de camareros que hablen la lengua extranjera, o pertenezcan a esos países. En definitiva será una deferencia de su empresa respecto a sus invitados, que siempre le aportará un valor añadido.

En cuanto al número de camareros que deben estar prestando servicio, depende de varios factores, comenzando con la experiencia y profesionalidad de los que vayan a servir el catering, así como del tipo de protocolo que se aplique.

Como norma general, cuanto más protocolizada es la comida o cena, mayor debe ser el número de camareros. Si éstos son experimentados, una proporción de 1 camarero por cada 12/14 invitados es bastante adecuada.

Si el catering se sirve de pie, el número de camareros puede reducirse hasta 1 por cada 20/25 personas.

MEDIOS A EXIGIR.

No me dice que los catering se sirven en locales de su empresa, o en locales de la propia empresa de catering, por lo que me centro en el primer caso.

Una buena infraestructura (mantenimiento de bebidas frías y calientes, vajillas, cristalerías, litos, enfriadores, cubiertos, carros, bandejas, mantelerías, etc.) facilitará que los camareros puedan ejercer con mayor eficacia, y atender a los invitados con profesionalidad. Asegurará también su presencia y por lo tanto la sensación de sentirse bien atendido.

Un jefe de sala y un ayudante al menos, que no se ocupen de ninguna mesa, sino exclusivamente de supervisar el evento, coordinarlo y corregir deficiencias si éstas se producen, en un elemento que da seguridad en el desarrollo del mismo.

Este jefe de sala se ocupará además de distribuir el trabajo por grupos de camareros, asignando a éstos una tarea específica (emplatado, servicio de bebidas, etc.).

Debe concretar también el montaje de mesa y los mínimos que debe cumplir, incluidos los adornos y ornamentación.

EL MENÚ.

Debe hacerse una prueba anterior y comprobar que el conjunto de alimentos es el que se espera según la importancia del evento, tanto en cantidad como en calidad y por supuesto en coherencia con el entorno, el lugar, y la ocasión.

Tanto si es un cóctel como una cena sentados, o comida/almuerzo o tan sólo desayuno o café, el responsable de su empresa debe pedir una prueba de menú, elegir los alimentos y cerrar un precio en base a un baremo que tendrá en cuenta tanto el tipo, como el número de invitados aproximado. Eso, por otra parte, permitirá también establecer un presupuesto más ajustado y previsible.

Como norma general, se elegirán alimentos poco elaborados, del tiempo, de la comarca, y las bebidas, en concreto vinos y cavas, de la tierra. Es interesante personalizar las botellas con el logotipo de la empresa, y no es muy complejo conveniar con bodegas de la zona esta circunstancia.

ESPACIOS FÍSICOS.

Como le decía antes, si su empresa no dispone de locales adecuados propios en cada delegación, lo habitual es alquilar uno, normalmente propuesto por la empresa de catering.

Básicamente, debe tenerse en cuenta que no esté demasiado lejos del lugar de trabajo o alojamiento, que sea de fácil acceso, y que cumpla con los requisitos de dignidad que su empresa merece.

Deberá tener en cuenta la cuestión de ornamentación con la imagen empresarial, y la capacidad de personas que necesite. Como norma general, en un cóctel de pie se necesita 1 metro cuadrado por persona para que sea cómodo. Si es sentado, el espacio necesario para que no existan apreturas y que se utilicen los tipos de mesa y protocolo adecuados al evento. Sentada, cada persona necesita un mínimo 60-70 cms. para estar cómoda.

Preste atención a las condiciones de climatización y sonorización, pues su mal funcionamiento o ausencia pueden destruir todo el éxito conseguido con la previsión de otras cuestiones.

Creo que le he dado una visión general bastante completa para elaborar unas instrucciones detalladas. Le aconsejo que tenga en cuenta las particularidades de cada sucursal empresarial e intercambie con ellas una propuesta inicial de la que partir.

Cuando todos participan, la colaboración y ejecución siempre es mucho más fluida y positiva.

Saludos.

martes, 26 de julio de 2011

CÓMO SERVIR A LOS INVITADOS.


Hola, he visto los artículos referidos a elegir un menú y el orden en que deben servirse los alimentos, y me gustaría saber el orden de servicio a las personas que están sentadas a la mesa, y quién y cómo se ha de servir. Gracias.

El orden en que debe servirse la comida a las personas sentadas a la mesa, varía ligeramente en función de si la comida es en casa, servida por los anfitriones o el servicio si lo hay; si es en un restaurante servido por camareros o si se trata de un banquete oficial o de boda.



COMIDA EN CASA SERVIDA POR LOS ANFITRIONES:

Dependiendo de la formalidad de la ocasión, lo más normal es que los anfitriones (uno u otro) comiencen a servir empezando por la persona de más edad (o mujer) más relevante que estará seguramente a su derecha. Irá recogiendo los platos que le ofrecen los invitados y sirviéndoles hasta acabar con el hombre más joven. Los últimos en servirse son los anfitriones.

EN UN RESTAURANTE SERVIDO POR CAMAREROS:

Lo normal es que el camarero comience a servir primero a las señoras (la de más edad antes) y continúe hasta terminar con el hombre más joven.

EN UN BANQUETE:

En una boda, se sirve primero a los novios y a la mesa presidencial. El resto de mesas se sirven comenzando por la "señora 1", después el "caballero 1" siempre de derecha a izquierda.

Si el banquete es oficial, los invitados estarán sentados de acuerdo al RD 2099/93 sobre precedencias, y se les servirá en ese orden.

En resumen, las reglas generales del servicio son primero a la esposa del invitado del honor y después al resto de señoras por la derecha, terminando con la anfitriona. En cuanto a los hombres, primero al invitado de honor y a continuación al resto por la derecha, terminando con el anfitrión.

Las señoras antes que caballeros y el invitado antes que el anfitrión, salvo altas personalidades o bodas como ya he dicho.

jueves, 21 de julio de 2011

EL ESTILISMO A LOS 50.



René Russo, 57 años
Sencillo y descriptivo artículo sobre imagen personal de la mujer a los 50 años, de mi compañera Edith Pardo:

"Muy lejos quedaron los años en los que para las mujeres cumplir las bodas de oro cronológicas era señal de vejez.

Actualmente, una mujer de 50 años es considerada joven y así lo han comprendido los diseñadores al haber incorporado al mundo fashion, tallas más amplias con líneas elegantes y modernas.
 
Sin embargo, es conveniente recordar, que todo tiene un límite en lo que se refiere a la imagen personal: lucir joven no quiere decir caer en excesos ni querer competir con hijas adolescentes.
 
Pensando en el estilo de la diseñadora venezolana Carolina Herrera, la mejor representante de la elegancia de la mujer madura, deseo compartir algunos tips para lucir un look adecuado, actual y con mucha clase: 
  • En esta etapa de la vida se debe vestir discretamente.
  • Optar por colores neutros, formas y volúmenes simples.
  • Usar prendas básicas y de excelente calidad.
  • Adecuar los colores al tono de piel, cabello y ojos.
  • Resaltar los puntos fuertes, como un discreto y bonito escote.
  • Disimular los débiles, por ejemplo, usar pantalones para cubrir las piernas que ya no están estilizadas.
  • Llevar una chaqueta de buen corte, con un pantalón sport clásico y una camisa componen un conjunto elegante y que nunca pierde vigencia.
  • Adaptar prendas modernas combinándolas con otras básicas. Una camisa con grandes lazos se verá estupenda con un pantalón de corte recto, o llevar la tendencia de los botines siempre con pantalones.
  • No renunciar a los tacones, pero recordar que éstos no deben ser excesivamente altos y menos aún usarlos con minifaldas.
  • Los accesorios deben ser discretos, a la moda y de acuerdo a la ocasión.
  • Establecer la siguiente norma: pararse frente al espejo y sólo decidirse a lucir aquello que brinde comodidad y seguridad.
  • Y por último, nunca ser esclavas de la moda ni de las prendas que resulten incómodas, tanto la vestimenta como los complementos se deben adaptar a quien los lleva y no a la inversa."


 

 

miércoles, 20 de julio de 2011

RESIDENT EVIL, EL MALDITO HUÉSPED VERANIEGO.

Todos, en mayor o menor medida, sabemos de la importancia de respetar el espacio ajeno. Está lo que se llama la distancia mínima de proximidad, que más que nada por intuición, no traspasamos. Cuando lo hacemos, invadimos el espacio personal y la intimidad.

Esa proximidad nos la saltamos en los momentos privados, con las personas muy cercanas. Luego está el espacio en general. Aquel en el que nos situamos físicamente y que se amplía en función de la utilidad a la que se destine. Por ejemplo, la oficina.

Nuestra mesa es nuestro espacio personal, nuestra responsabilidad. Sin entrar en la importancia que su imagen puede tener para la nuestra, me centro en ella como objeto de nuestro uso. La tenemos como nos parece conveniente, y el que alguien llegue y se permita la libertad de apartar algo sin nuestro permiso nos violenta. Es como si nos dieran un empujón. Mover una torre de carpetas para apoyar la que el otro trae, o su bolso, o algún objeto ajeno a nosotros, nos incomoda. Que la usen para alguna actividad particular, como abrir su maletín, dossier, o archivar, ya nos toca las narices.

Hay grados de invasión y en función de nuestra forma de ser los aplicamos en cada situación y nos afecta más o menos. Luego está lo más personal, que es la casa propia. Ser un buen invitado es algo muy, muy difícil. Requiere de una sensibilidad activa, de una observación discreta, de un sentido elevado del respeto.

Cuando invitamos (o se nos autoinvitan) a nuestra casa con motivos varios, se puede olvidar fácilmente que lo que para el otro es un viaje o visita de ocio y vacaciones, para el dueño de la casa es un aumento de trabajo y entrenamiento en la tolerancia. La visita pesada, que nunca ve el momento de irse aunque sepa que sus vacaciones no se extienden a los dueños de la casa que madrugan al día siguiente para trabajar... es una tortura desesperante que lucha a brazo partido con nuestra educación, mesura y paciencia.

Mi madre decía a propósito de esto eso de "Voy a sacar las escrituras de la casa... si es tuya, me voy yo, y si es mía te vas tú"... o eso otro de "Vamos a acostarnos que esta gente querrá irse"...

Un buen invitado, o huésped, independientemente de la confianza o la proximidad que tengamos con él (da igual si es tu amigo, tu madre o tu hermano), tiene muy claro que es acogido con ternura extrema pero sabe perfectamente que no está en sus campos de algodón. Por lo tanto, ha de tener en cuenta los hábitos de esa casa que no es la suya, ha de ser receptivo a las costumbres y sobre todo, no perder de vista que está consumiendo recursos ajenos. Pongo ejemplos sencillos que pueden resultar desquiciantes para el anfitrión: 
  • Encontrar los geles del baño destapados.
  • Encontrar el jabón fuera de la jabonera.
  • Encontrar la toalla húmeda hecha un gurruño.
  • Encontrar la chapita del botellín y el abridor sobre la encimera de la cocina.
  • Encontrar objetos diversos dispersos por la casa, y peor aún si son rompibles.
  • Encontrar las luces innecesariamente encendidas.
  • No encontrar la botella de agua, que tú la quieres fresca, dentro de la nevera.
  • Abrir y cerrar las puertas de forma ruidosa.
  • Apoderarse del mando de la televisión.
  • Cruzarse en el sofá ocupándolo casi todo.
  • No colaborar en las tareas domésticas.
  • Pedir menú a la carta y no aportar los alimentos.
En fin... una serie de pequeñas cosas que, cuando se prolongan más de dos días, se hacen insufribles por mucho que quieras a la persona. A los adultos nos pasa mucho. Nos volvemos muy celosos de nuestro espacio, y aunque generosamente estemos dispuestos a compartirlo, en nuestro interior lo hacemos con la esperanza, en este caso la mayoría de las veces infantil, de que el otro verá y hará las cosas como nosotros lo haríamos.

En estos tiempos de visitas e intercambios veraniegos, un repasillo a las actitudes propias y ajenas como invitado y/o anfitrión no estaría de más, y por supuesto, que las repasáramos con los pequeños de la casa, que son elementos fundamentales para que esa visita nos deje un buen regusto y el deseo de repetirla.

lunes, 11 de julio de 2011

LAS BOLSITAS DE LAS INFUSIONES.

Siempre dudo sobre qué hacer con las bolsitas de infusiones ¿las dejo en la taza mientras me la tomo o la tengo que escurrir y sacar? ¿dónde la pongo? ¿cómo se escurre de forma correcta? Susi, Almería.

Hola Susi. Cuando nos sirven la bolsita para que la infusionemos nosotros mismos en nuestra taza, lo correcto es que tras el tiempo de infusionado, la sujetemos con la mano izquierda, depositándola sobre la cucharilla. Entonces enrollamos el hilo a su alrededor abrazando cucharilla y bolsita juntas para escurrirla, y a continuación, desenrollando el hilo, la depositamos en el platillo. Luego nos echamos el azúcar y removemos, no antes.

Si nos sirven la bolsita en la tetera, esperaremos el tiempo de infusionado y luego nos echaremos el líquido en la taza, sin sacar la bolsita ni escurrirla.

Si lo hubiese pedido con limón, éste lo habrán puesto dentro de su taza individual o en la tetera. En el primer caso, no se exprime ni dentro ni fuera de la taza. Sencillamente se saca con la cucharilla y se deja en el platillo. En el segundo caso, se procede como con la bolsita, es decir, no se toca ni se saca ni se escurre.

La invito a ver el video de mi canal, en el que explico cómo se utilizan correctamente las tazas, como complemento a su pregunta.

CALOR, CAMISAS Y CORBATAS.

Share |Hola. Suelo llevar traje y consecuentemente con la camisa de manga larga siempre corbata. Pero ahora que viene el calor, uso camisa de manga corta. Hoy en la oficina me han dicho que parecía un "niño de Dios", a mí me da un poco igual, pero tampoco quiero hacer el ridículo ¿está tan mal la camisa de manga corta con la corbata? Joan, Girona.

Hola Joan. En principio, las corbatas están pensadas para el traje de chaqueta y la camisa de manga larga. En principio, la chaqueta de un traje no debe quitarse nunca, por lo que las piezas, se conforman en un todo que debe ser inseparable. En principio, la camisa de manga corta no está pensada para un traje de chaqueta, ya que se considera más de sport y por lo tanto, al no haber chaqueta, no debe haber corbata.

Pero todo esto es lo establecido. Afortunadamente, nada es tan rígido ni nada es tan inamovible. Todo aquello que no resulte desagradable a la vista no tiene por qué ser incorrecto. Igual que hace poco hablaba sobre cosas que no han de hacerse en la oficina, y una de ellas era ir con chanclas, no creo que se mueva el eje del mundo por llevar camisa de manga corta con corbata.

Ahora, una cosa sí le advierto, y es que para evitar el efecto "niño de Dios" que tan acertadamente ha utilizado su compañero de trabajo, deberá fijarse bastante más en los colores de ambas piezas. Personalmente, creo que quedará usted más elegante si decide quedarse con el traje de chaqueta más informal, veraniego, con una camisa de manga corta, y no ponerse corbata, que seguir usándola. 

Ha de tener en cuenta el ambiente laboral. Si trabaja en una oficina de carácter marcadamente clásico y/o convencional, no es lo mismo que si lo hace en un lugar moderno o de negocio relacionado con la moda.

No obstante, el concepto de la propia imagen es muy personal, y siempre es mejor ponerse aquello con lo que uno se siente seguro y bien, que algo que nos haga sentirnos incómodos. Piense que uno de los pilares de la elegancia es la seguridad y la naturalidad, y por supuesto el cómo y el dónde...









miércoles, 6 de julio de 2011

EQUIVALENCIAS ENTRE LA ETIQUETA CIVIL Y LA MILITAR.

A raíz de la pregunta que me hacen en el artículo referido a la vida social a bordo de un buque, sobre la equivalencia entre la etiqueta militar y la civil, resumo de forma muy escueta esa equivalencia:


A parte de éstos, existen los uniformes de trabajo, de instrucción o campaña y especiales. El uso de los uniformes está por supuesto regulada, y es muy extensa y detallada. Pero destacando lo que más nos puede afectar por proximidad y de acuerdo al cuadro, explico brevemente para qué se utilizan:

El uniforme de diario, como digo en el cuadro, se utiliza para las actividades cotidianas y en otras más específicas que no obliguen al uso de otro uniforme más formal.

El uniforme de gala se utiliza en los actos oficiales y festividades propias de las Fuerzas Armadas.

El uniforme de etiqueta y de gran etiqueta, se usan cuando en los actos sociales u oficiales, se les pida a los civiles el uso de etiqueta.

Los militares profesionales usarán el uniforme reglamentario en sus actos de servicio. Los militares que están en en situación de servicios especiales o excedencia sólo pueden utilizar uniforme en los actos militares y sociales solemnes, si se les autoriza para ello y siempre que no estén ejerciendo un cargo público no militar.

Cuando S.M. el Rey asista a un acto de uniforme, los militares presentes deben utilizar la misma uniformidad, y si vistiese civilmente, harán uso de las equivalencias mostradas en el cuadro.

Extraído de "Protocolo y Ceremonial de las Fuerzas Armadas", de Alfredo Rodríguez Gómez.

lunes, 4 de julio de 2011

EL PROTOCOLO SOCIAL A BORDO DE UN BUQUE DE LA ARMADA.

Fragata Álvaro de Bazán entrando en el puerto de Cartagena.
Hola, me gustaría saber si en un barco militar se practica un protocolo específico de la marina o si también se usa el protocolo social normal, quiero decir el que no es militar. También me gustaría saber si el saludo entre barcos de recreo y los militares es obligatorio. (Jorge, Vigo).

Hola Jorge. En todos los ámbitos de la convivencia se aplica, en mayor o menor medida, una parte del protocolo social que resulte más conveniente al caso.

En el que me pregunta, la respuesta es sí. Si bien a bordo de un buque militar se aplican, como es natural, los Reglamentos y Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas que correspondan, también existe una particular vida social en la que se respetan y realizan, por costumbre, determinados modos de proceder.

Por ejemplo, en lo que respecta a la distribución de la mesa y sus presidencias, si a bordo estuviesen autoridades con derecho a distintivo, la presidencia de la mesa seguirá correspondiendo al Almirante o Comandante que estén al mando del buque, pero pueden cederla si existen intereses que lo recomienden (igual que la vida social, empresarial o institucional).

Si se celebrara una comida o cena en cubierta, la presidencia mirará a proa (que viene a ser lo que en una mesa social sería la puerta principal). Normalmente se hará uso de una presidencia inglesa, pero si hay invitados importantes o especiales se cambiará a la francesa.

En lo que respecta a los dormitorios, (en los barcos de cualquier clase camarotes), en los buques militares existen las cámaras (dormitorios de los comandantes), las camaretas (dormitorios de los guardias marinas), y los sollados (situados en los pisos o cubiertas inferiores y que se destinan a alojamientos de tropa o a intendencia y útiles varios). Digamos que esas categorías las aplicamos cuando tenemos invitados en casa. Solemos dar el mejor dormitorio a los más importantes, etc.

Cuando se ize una insignia (es el indicativo de que una autoridad superior a la máxima que hay en el buque ha subido a bordo), a ésta autoridad se le otorga automáticamente su propia cámara y su propio comedor. Porque las cámaras, como habrá visto en el enlace de arriba, son como un chalet de más o menos envergadura. Tienen dormitorio, baño, despacho, comedor, salón...

Son algunos ejemplos de la vida no reglada militarmente a bordo de un buque de las Fuerzas Armadas.

Respecto al saludo entre buques militares y de recreo, no está regulado. El saludo militar sí lo está por la Orden Ministerial 31/1987, de 12 de junio, que se modificó después por la OM 9/1989 de 10 de febrero. Las Reales Ordenanzas de las Fuerzas Armadas hablan únicamente del saludo militar. La costumbre de proceder al saludo entre barcos de recreo y de las FFAA es una derivación de cortesía propia de personas educadas, sean militares o civiles. Tal vez me lo diga usted por la creencia de que cuando un barco de recreo se encuentra con uno militar, si el primero saluda al segundo, éste tiene la obligación de corresponder.

Pues no, seguramente no lo hará, en primer lugar por el tamaño, que hará difícil ver en tanto detalle al de recreo, y en segundo lugar porque seguro que están muy ocupados en sus tareas militares. No obstante, también le afirmo que si pueden corresponder al saludo civil, lo harán de forma cordial y discreta, sea cual sea su bandera. Pero obligados no están, lo mismo que a la inversa.

Saludos y gracias por su pregunta.